No se pierde una. Ahí le tienen. Uno de los tipos que más
daño ha hecho a este país. Pues bien, a todo lo suyo, que no es moco de pavo,
hay que añadir su pertenencia a una sociedad opaca en las Islas Vírgenes. Un
verdadero “ángel de las finanzas”.
Pues sí, el mismo que hundió Caja Madrid, lo que nos costó
más de 24.000 millones de euros. El personaje que inventó las famosas tarjetas
black y las repartió a lo más florido del panorama político y económico del
país. El mismo que arruinó a miles de preferentistas. Ese que hizo compras de
hoteles innecesarias y sospechosas, que se subió el sueldo y la indemnización
de despido de forma escandalosa, o que concedía hipotecas por encima del precio
del inmueble creando un riesgo innecesario, que al final hemos pagado todos;
ese elemento de cuidado resulta también pringado según los papeles de Panamá.
Sí, a Caja Madrid lo encumbró su amigo de pupitre, el de las
Azores --cuyo nombre no quiero escribir no vaya a ser que se me funda el
ordenador--, ese era su capital humano, ser amigo del que nos metió en una
guerra infame y criminal. Pues bien, ese mérito nos costó luego miles de euros,
dolores y quebrantos. Es difícil encontrar a alguien –si no es su padrino
político, el de las Azores— que haya hecho más daño a este país.
Sin embargo, ahí le tienen ustedes, con no sé cuantas
imputaciones, y las que te rondaré morena, y libre como el viento, campando por
sus lares, como si no fuera con él la cosa. De hecho, al juez que intentó
meterle en el talego, Elpidio Silva, le está costando diecisiete años de
inhabilitación, que se dice pronto.
Incomprensible que un tipo como Blesa ande suelto con todo
lo que lleva en su mochila criminal. Además de su lucro personal, que no es
poco con los salarios que cobraba y todo lo que se ha llevado en premios y
jubilaciones –por no hablar de presuntas comisiones o beneficios ilícitos--, lo
más grave es lo que nos está costando a todos sus desmanes criminales. Y él,
tan campante, como si no hubiera hecho nada, sin haber pagado un real.
Ahora además sabemos, por los papeles de Panamá --¡joder, el
juego que están dando!—, que este tipejo tenía una sociedad en las Islas
Vírgenes y que desde ella creó una empresa en España entre cuyos consejeros
estaba la empresa armamentística, EINSA, que vendía equipos militares a varios
países. Bien, pues esta empresa, que también vendía armas a Venezuela –la
bestia negra del PP--, utilizó a Blesa como intermediario de Aznar para la
venta de armamento a Libia (con Gadafi al frente) y Argelia, por la que el
expresidente obtuvo jugosas comisiones.
En fin, una alhaja que anda suelto. Ya sé que no está
juzgado pero, ¿por qué no se aplica la prisión preventiva que se ha dictado en
casos más veniales? ¿Acaso Blesa tiene bula? Que este personaje esté libre es
un peligro público. Quién sabe que estará tramando, dónde estará escondiendo su
fortuna, qué papeles estará destruyendo. Luego, como ha ocurrido en otros
casos, clamaremos al cielo porque han desaparecido las pruebas o el mismo
personaje.
Es dificilísimo de entender pero ahí está. Blesa sigue como
si nada. Eso sí, todos los demás nos hemos visto obligados a pagar sus
fechorías con recortes en educación, en sanidad o en dependencia. Claro que él
no necesita el Estado del Bienestar. Eso para él es un sobrecoste innecesario,
y los pobres, pues eso, que se jodan.
Salud y República
1 comentario:
Si, lo mejorcito de cada familia... :(
Salud
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