Y es natural. Sólo faltaba que la reina pronunciara palabras
feas en inglés. Sería una traición a los suyos, a su familia real, a los Borbones.
Y es que siendo grande e histórica la casa de Tudor, ella se debe a los suyos,
por eso no puede decir shit!, porque también los improperios deben ser
borbónicos. ¡Faltaría más!
Una vez casada, Letizia se ve obligada a ser una Borbón, y a
olvidar su inglés porque sería ir contra la historia familiar. Ya no puede
decir: “shit!”, cuestión de linaje. Además la lengua más aristocrática y
sabrosa es el francés (perdón: no busquen ustedes doble sentido). Eso sí, la
Casa Real diga lo que diga, en el idioma que sea, lo que no puede es abandonar
a los amiguetes.
Al fin y al cabo, las amistades peligrosas también son
amistades. Y así se lo dejó dicho la reina Letizia al imputadísimo López
Madrid, amigo de los reyes. Queda claro que lo mejor que se puede hacer, cuando
se habla con un individuo al que se le ha pillado en algo tan normal y tan
corriente como utilizar una tarjeta para gastos personales a costa de una Caja
de Ahorros, es darle ánimos.
El presidente del gobierno le mandó un “sé fuerte” a su queridísimo tesorero, la reina Letizia le manda un
“nos conocemos, nos queremos, nos
respetamos, lo demás ‘merde” a su amigo López Madrid, mientras el rey Felipe
lo invita a comer y lo aconseja que se
aleje del barullo. De este barullo que es España, eso que él tiene el honor
de presidir, quién sabe si a la fuerza. ¡Pobrecillo! Tener que reinar en un
reino barullo.
Eso sí, cada uno tiene su estilo y su cruz. Con un
denominador común: la amistad por encima de todo, incluso de la corrupción. A
su manera, todos ellos anteponen su amistad y sus intereses a lo que debería
ser un principio fundamental para personas de regio abolengo: “alejarse, a toda
pastilla, de individuos como éste”. Un peligro público que se ha convertido en
un triple imputado.
Javier López Madrid está imputado por la Gürtel (financiación
ilegal del PP madrileño: 1,8 millones de dinero negro), por las tarjetas Black
(con las que gastó 34.800 euros) y por un caso de acoso sexual a la doctora
Pinto. ¡Qué mala suerte! Lo pillan por todos los lados.
Es verdad que la Casa Real ha dicho que los reyes ya no son
amigos del susodicho, desde hace tiempo. Lástima que lo hayan dejado después de
mandarle mensajes de alivio y apoyo, cuando ya había salido a la luz su
implicación en el caso de las tarjetas opacas. Un poco tarde, ¿no les parece?
Lo disculpable de todo esto es que las personas que se
aburren pueden, en un intento de parecer activas, cometer errores impropios de
su rango. Y en el tiempo libre, ya se sabe, se busca lo que sea para estar
ocupado. Se inician conversaciones peligrosas, o se invita a comer a personajes
impresentables, eso sí, amigos del alma.
López Madrid es el consejero delegado de OHL, una de las
empresas constructoras más importantes de este país. Es yerno de Villar Mir, el
presidente del grupo OHL, de la que se sospecha que ha ayudado a la
financiación del partido popular. Y su mayor aval, haber sido amiguísimo de sus
majestades.
La Casa Real, gracias a una filtración de un caso judicial,
ha quedado a la altura del betún. Eso sí, nadie ha dado ninguna explicación.
¿Para qué? A ver si ahora resulta que va a tener todo el mundo impunidad, menos
los reyes. Sí señor, hay que demostrar quién es importante, las explicaciones
sólo las dan los mindundis. ¡Como debe ser!
Salud y República
1 comentario:
Bueno, si le gusta el francés, allá penas, yo con los gustos sexuales de la gente no me meto, pero si me jode que se mantenga con nuestro dinero a un atajo de cursis ¿A santo de que?...
Salud
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