La Comunidad Valenciana está que arde. Es tanto que se ve el
humo a kilómetros de distancia. Las tres diputaciones implicadas, varios de los
principales alcaldes y concejales imputados, tramas de corrupción por doquier,
despilfarro con el dinero público a mansalva, empresarios que pactaban
contratos a cambio de comisiones a mogollón, empresas públicas hasta el cuello.
¿Hay quién dé más?
Toda la Comunidad Valencia está emponzoñada, hundida en la
más profunda ciénaga despidiendo un olor que echa para atrás, pero es que
además hay algunas tramas que no sólo roban, sino que lo hacen con una
insensibilidad y una desvergüenza tremenda sin importarles a quién debería ir
destinado esos recursos.
También en el hurto hay grados, dependiendo a quién se haga
puede ser un agravante. Por ejemplo, no es lo mismo robar a un banquero que a
un mendigo. Bueno, pues en la Comunidad Valenciana además de robar se ha hecho
con infamia, y a la gente más necesitada. Aquí expongo cuatro casos claros de
robo manifiesto de la peor especie:
1.
La empresa
pública Ciegsa –cuyo fin es la construcción de colegios— ha costado a la
Generalitat Valenciana 1000 millones más por sobrecostes. Esto significa que
los miles de niños, que todavía hoy dan clases en barracones, podrían hacerlo
en colegios construidos, solucionando el problema, puesto que se hubieran
podido levantar 200 colegios (a 5 millones cada uno). Hoy, mientras que algunos
se han llenado los bolsillos y el PP valenciano, presuntamente, se ha
financiado, miles de niños siguen dando clase en barracones.
2.
Si hay algo
escaso en el Mediterráneo es el agua. Pues bien, la empresa pública Acuamed ha
cometido, presuntamente, un fraude de millones en la adjudicación de obras.
Mientras que desde el Levante se pide, por falta de agua, trasvases de los ríos
Ebro y Tajo, los directivos de Acuamed se han forrado, eso sí, presuntamente,
con el agua.
3.
Otra clara
manifestación de insensibilidad canallesca es la que se ha vivido con el
contencioso del Metro de Valencia, que provocó 47 muertos y numerosos heridos.
Pues bien, en vez de aclarar el problema, el consejero Cotino pretendió, a
cambio del silencio de los familiares, ofrecer puestos de trabajo.
Afortunadamente sólo consiguió su desprecio y hoy se ha reabierto esta causa.
4.
Qué decir del
desvío de fondos que el Consejero Rafael Blasco, hoy en la cárcel, hizo del
presupuesto destinado a las ONG cuando detentaba la Consejería de Solidaridad.
¿Se puede llegar más lejos? Y es que en Valencia la cúpula del PP se ha
convertido en una banda de presuntos delincuentes (algunos menos presuntos).
En resumen, los niños, el agua, las familias de las víctimas
y las ONG han sido, entre otros, blanco de estos canallas que se han forrado a
costa de los más débiles, sin ningún rubor y con desvergüenza.
Por si faltaba poco, la trama se ha extendido a todos los
concejales y asesores del PP del ayuntamiento de Valencia, que comandaba la
ínclita Rita Barberá. Ella, a salvo, su inmunidad y su aforamiento como
senadora la están preservando de momento.
Mientras, su amigo Rajoy todavía la defiende, y es que la
Comunidad Valenciana fue decisiva para el triunfo de Rajoy, cuando más
debilitado estaba. Por cierto, que en un alarde de esfuerzo máximo y de
sobreactuación el gran Mariano ha dicho ayer a los suyos, refiriéndose a la
corrupción: «Esto se acabó, aquí ya no se pasa ninguna», lo que denota que
hasta ayer se consentía.
En fin, las fallas se han anticipado, toda Valencia arde, el
caloret está en expansión y esperando su imputación queda, encerrada en su
casa, Rita Barberá, senadora colocada, hoy escondida y acorralada.
Salud y República
1 comentario:
A LA CÁRCEL con todos ellos, pero eso si, que devuelvan el dinero robado aunque les tengan que embargar hasta las bragas!!!
Salud
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