Mariano I, el absolutista

Las declaraciones de hoy de Rajoy han sido otra clave de cómo es y lo que piensa este hombre de la política. Engaños y absolutismo, eso es lo que demuestra la intervención del presidente del gobierno.

Independientemente de la gravedad de la situación, cada vez mayor, que maneja Bárcenas contra el Partido Popular, la declaración de Rajoy de hoy es alucinante. Yo no sé quién le prepara las intervenciones, y no me extrañaría que fuera él mismo, visto su intelecto incomprendido.

Lo de engaño es claro. Como todo el mundo sabe, las preguntas en estos tipos de reuniones se pactan entre los periodistas, que tienen derecho a hacer dos preguntas y se van rotando entre los distintos medios. Pues bien, resulta que hoy deberían haber preguntado los representantes de El Mundo y de la Agencia EFE. Y lo sabía Rajoy y su equipo de prensa, sin embargo, el presidente ha dado la palabra a ABC, uno de sus voceros, saltándose lo pactado, y el periodista de ABC ha chuleado a los colegas que deberían haber preguntado. Nada más hacer la pregunta el amiguito de ABC, Rajoy ha sacado un papelito y ha contestado leyendo la respuesta. Lo que ha dejado claro que había truco y que la cosa estaba amañada, tomándonos por gilipollas.

Esto ya dice mucho del presidente de gobierno y del periódico ABC que tratan de engañar a los ciudadanos y a los otros periodistas, pero además de creerse el rey de mambo, Rajoy se cree el Estado. Ahora resulta que ha dicho que: “El Estado no se somete a chantajes de nadie”. Vamos a ver, Mariano, ¿de verdad crees que tú eres el Estado? ¿Es que te crees el Rey Sol II? ¿Desde cuando el chantaje está hecho al Estado y no, en todo caso, a ti y el Partido Popular? ¿Acaso crees que tú o el Partido Popular sois el Estado? ¡Basta ya! Lo único que te faltaba es que en tu locura por defenderte de lo indefendible te volvieras megalómano. El Estado soy yo, es una frase de Luis XIV, de hace más de 350 años. Lo que demuestra lo que ya sabíamos y es que eres un antiguo y que tienes un concepción del Estado de hace cuatro siglos. Afortunadamente esos tiempos han pasado, y hoy el Estado es algo más que tú deberías saber.

En fin, cada día más, nos das motivos para pensar que estás tardando en irte. Por tantas cosas. Por tu inutilidad, por tu desprecio a los ciudadanos y los medios de comunicación, por tu incumplimiento electoral, por tu constante negativa a dar la cara, por tu menoscabo al parlamento y al resto de la oposición, y ahora por el caso Bárcenas, tus mentiras y tu insistencia en mantenerte a pesar de la losa que te aprisiona. Y porque demuestras ser un absolutista desclasado y caduco.

Si tienes vergüenza, preséntate ante la opinión pública, pide perdón y explícate. Y a continuación convoca elecciones generales. ¡No hay otra vía!


Salud y República