La memoria franquista del PP

Si hubiera una noticia de vez en cuando, podríamos pensar que se trata de anomalías o de excepciones a una regla, pero no, día a día llueven las noticias de que peperos distinguidos demuestran un amor a una memoria histórica, propia de la extrema derecha, la que defienden los pseudo-historiadores como Pío Moa o Cesar Vidal. Una memoria histórica franquista, sin paliativos.

Podríamos empezar con que el Partido Popular jamás ha condenado, como tal partido, al franquismo, siempre aludiendo que hay que mirar al futuro y no al pasado. Lástima que se les vea el plumero y que cuando se trata de homenajear a sus padres políticos –los franquistas asesinos— no se les olvide mirar atrás.

Así en su forma de actuar, continúan defendiendo una asimetría que les permite homenajear, dignificar y mantener con orgullo a los golpistas y asesinos franquistas y olvidarse de los asesinados republicanos, los que defendieron el orden constitucional. Hoy, todavía, hay más de 130.000 republicanos en cunetas, campos, fincas y caminos, sin reconocer.

Mientras tanto, ahí tienen ustedes a una delegada del gobierno (la de Cataluña: María de los Llanos de Luna) presidiendo un acto que homenajeaba a la División Azul, aquella compuesta por quienes fueron a ayudar a las tropas nazi en los frentes del Este europeo. Y tan campante. Ella encontró su lugar. Por cierto este acto se celebró en un cuartel de la guardia civil, y a él también asistió el alcalde de la localidad, el socialista: Enric Llorca.Todo esto en un escenario donde los uniformes falangistas y de la guardia civil completaban un escenario de hace cincuenta años. Ni el gobierno, ni la guardia civil, ni tan siquiera el PSC han criticado este acto ‘heróico’.

Pero claro no es un episodio aislado. Porque resulta que también el sábado pasado se celebró en Mauthausen (Austria), la celebración de la liberación del campo de concentración nazi, donde murieron 7000 españoles. Naturalmente, allí no hubo ningún representante ni del gobierno ni del ejército español, mientras estaban representados la mayoría de los países europeos. Estaban ocupados en otros asuntos y no podían perder tiempo.

Eso es el pasado, y hay que mirar al futuro. Al fin y al cabo, los españoles que murieron eran del otro bando, el que sufrió al nazismo y fue asesinado. Españoles de bien que no eran nazis y que cayeron en el genocidio más importante de la historia.

Mientras tanto en Oviedo, tanto el Partido Popular como el de Álvarez Cascos, otro demócrata de pro, pretenden volver a reponer una estatua del militar Tejeiro –quien sublevado tomó la ciudad de Oviedo en la guerra civil y ordenó varios fusilamientos—, que con excusas de unas obras se había retirado. Está claro que los hijos del caudillo todavía homenajean a los suyos, aunque fueran rebeldes y asesinos y se siga incumpliendo la ley de la Memoria Histórica.

Acaba de morir Videla en una cárcel argentina. ¡Qué diferencia! ¡Qué envidia! Y eso que dicen que estamos en el “primer mundo”. Un primer mundo que permite la impunidad a los asesinos y que ha abandonado a sus defensores.

Cada día que pasa es más necesario que no olvidemos y exijamos Memoria, Verdad y Justicia. No se puede pretender que haya paz cuando veneran a los asesinos y se niegan a enterrar a los luchadores por la democracia. Hay que seguir pidiendo que un día cercano, haya una verdadera voluntad de cerrar esta herida. Una herida que supura injusticia, crueldad y vergüenza. Una herida que exige una justa Reparación.

¡Que su nombre no se borre de la historia!

Salud y República