Es curioso ver que al contrario que ocurre generalmente, cuando se ríe un miembro de este gobierno, en vez de ver alegría o sentido del humor, en el mejor de los casos veo sorna o ironía. No parece el momento de que los componentes de este gobierno rían cuando anuncian medidas, porque no hay ni una regular.
Sin embargo, ahí tenemos al ínclito Montoro con su risa cruel, se ríe cada vez que anuncia medidas desastrosas e impopulares, en puro estilo hiena. De Rajoy poco se puede decir sobre sus risas, debe hacerlas en la intimidad, hoy puedo afirmar que este hombre es el gobernante más triste que conozco. Triste y gris.
Sin embargo, el ministro de Guindos es un hombre serio que no nos había regalado, hasta ahora, ninguna risa, aunque acabamos de descubrir que sí sabe reírse.
Y lo demostró el otro día cuando anunciaba que los miles de millones de euros de regalo a los bancos ya estaban disponibles, y al ver la ansiedad que mostraba su amigo Goirigolzarri, presidente de Bankia, le comunico con risa sonora que no se preocupara que ya le había llegado la propina.
La verdad lo primero que me pregunté al verlo es por qué se reiría este mentecato. Está soltando miles de millones de los ciudadanos, sin ninguna garantía de vuelta, está corresponsabilizándose de un plan con el que se incrementará el paro en cinco mil trabajadores y está preparando un rescate de este país que nos puede costar, todavía, más sangre, sudor y lágrimas.
No parecía que hubiera una razón para reírse, de ahí que me extrañara. Sin embargo, en seguida me di cuenta de que sí tenía motivos. Justo los motivos que para cualquiera de nosotros son de alarma, de desesperación, de impotencia, para él son de deber cumplido y bien cumplido.
En definitiva, ríe porque está consiguiendo lo que quieren sus amos, la famosa Troika, o sea, hacer de este país, un país de miseria para que mientras tanto, Alemania, Holanda, Francia y otros países puedan financiarse gratis o a un precio mínimo. Ríe porque está haciendo de este país un país esclavo donde la mano de obra será la que sirva para que sigan su crecimiento económico esos países ricos europeos. Ríe porque le importa un pito si eso conlleva millones de parados. Ríe porque cumple fielmente con su papel de perrito faldero de Merkel. Y ríe porque es mala gente.
Porque cuando alguien se ríe, siendo responsable de medidas que están hundiendo al país (decisiones que están desalojando del mercado de trabajo a cientos de miles de trabajadores, que están tirando por la borda el Estado del Bienestar, que desprecia las medidas sociales, que sube impuestos de forma lineal, que no actualiza las pensiones, que echa de sus viviendas a miles de ciudadanos), o es un enfermo o es un cómplice de Belzebú Merkel.
Unas risas que demuestran su talante, que nos hace recordar que fue el hombre de Lehman Brothers en Europa, que para él las personas son simples números, eso es lo que le lleva a estar satisfecho. En definitiva está claro de qué se ríe. Se descojona de nosotros, de todos nosotros --incapaces de pararle los pies-- sabedor de que tiene las tijeras por el mango. Triste pero real.
Así es que, deberíamos hacerle frente, plantarle cara. Sólo por su bien, por aquello de que no se vaya a morir de un ataque de risa.
Salud y República
3 comentarios:
Se ríen de nosotros, Rafa. A mandíbula batiente, los sivergüenzas.
Verás como se van a reír los 5.000 despedidos de Bankia...
Salud
Comparto tu indignación con tanta risita, por nerviosa que sea. Un abrazo, Rafa!
Publicar un comentario