El septiembre oscuro que viene

Preparémosnos para el otoño. Se avecinan malos tiempos para la lírica. Después de haber leído la estupenda entrada de mi amigo Txema, no he podido por menos que alzar mi voz --por aquello de que el silencio es el mejor aliado de los enemigos-- para que estemos alerta ante los acontecimientos que se aproximan.

Tras un final de curso donde la patronal se ha cerrado en banda pretendiendo el oro y el moro y ha roto las negociaciones para el pacto social; ahora estos "solidarios" fabricantes de crisis pretenden sacar tajada en un mercado hundido gracias a su "buena labor".

Se ha vivido una dramatización calculada, una situación de confrontación que parece más falsa que un euro de palo. Porque ya empiezan a salir a la luz atisbos de lo que nos espera.

Seguramente no se van a tocar las indemnizaciones por despido a los contratos vigentes, sería un escándalo, ya veremos a los nuevos. Pero que en las próximas reuniones con la patronal, que las habrá, ésta va a conseguir parte de sus propósitos está más claro que el caldo de un asilo.

Desde luego no llegarán al 5% de rebaja en las cuotas de la seguridad social --que recordemos no son impuestos sino salarios diferidos de los trabajadores-- puesto que eso significaría poner en claro riesgo la caja común de la seguridad social, ya que cinco puntos significan la friolera de 15.000 millones de euros, ahí es nada. Pero sí que ese 1,5 puntos ya ofrecido se convertirá en 2 ó 2,5 puntos, lo que supone (cada medio punto equivale a 1.500 millones de euros) una cantidad muchísimo mayor que lo único conseguido por los sindicatos: los poco más de cuatrocientos millones que supone prorrogar el subsidio a los parados de larga duración que agoten el plazo y continúen en paro.

Pero es que además, y esto es lo más grave, nuestro país que tiene un mercado cuyos contratos son tan flexibles que cabe todo.... y que permite casos vergonzosos (serían de risa si no fuera por su seriedad y recordemos que esta moda de los contratos basura la implantó otro célebre socialista: Felipe González) que llegan a ser de horas y de una indefinición absoluta (como los llamados de "fin de obra"), resulta que tiene un gobierno, que dice defender a los trabajadores y quiere flexibilizar el mercado laboral, promocionando el empleo a tiempo parcial. ¿Qué significa flexibilizar más? ¿Van a permitir contratos por minutos? ¿Van a crear el contrato "divide y vencerás"? Pero, ¿le parece poco al señor presidente que seamos uno de los paises con posibilidades de contratación a la carta, que nos ha hecho ser el objeto deseado de empresarios de otros países?

No me gusta un pelo estas declaraciones que vienen siendo repetidas por el propio presidente del gobierno. Parece que lo que quiere a cualquier coste es bajar el número de parados, que las estadísticas de paro disminuyan, naturalmente a costa de empobrecer a los otros trabajadores y sin que sufran las pobres empresas, es más, tendrán incentivos para contratar de forma parcial.

Porque es mucho más fácil dividir el trabajo que hay entre todos, o sea menos trabajo entre más trabajadores --naturalmente, tocando todos a menos--, que hacer un esfuerzo por crear nuevos puestos de trabajo o ponerles las pilas a esos "solidarios empresarios" que mantienen sus grandes beneficios a costa de despedir trabajadores.

Así es que, no le digo nada, si usted es trabajador, prepárese para el otoño caliente que viene, porque habrá reforma laboral y desde luego no será para su beneficio, sino para maquillar estadísticas y beneficiar a los de siempre. Y, mientras tanto, los sindicatos, ¿dónde están?

Salud y República