30 agosto 2009

El artículo de la semana (4)

Pocos son los artículos que se escriben contra la tauromaquia. Sin embargo, a pesar de la pasividad ante el tema, como si las corridas y los encierros fueran algo que tiene que ocurrir, existe una creciente ola contra las corridas de toros.

Y eso es lo que cuenta este artículo de Oscar Chaves, en el periódico Diagonal, fundamentado y bien escrito:

“No es arte ni cultura. Es tortura”

Un verano más, los pueblos y ciudades de nuestra geografía se preparan para acoger sus fiestas populares. En muchas de ellas, con un escaso control por parte de la Administración, se organizarán espectáculos taurinos. El movimiento contra la tauromaquia, por su parte, muy activo en los últimos tiempos, prepara su réplica en forma de denuncia pública contra el maltrato de los animales. Sus acciones directas en plazas de toros y encierros, más allá de la hostilidad manifiesta de los aficionados a la lidia, cada vez más minoritarios, han conseguido extender la oposición a esta forma de “tortura”.toros_favelis

El mundo del negocio taurino trata de moverse para aparentar que sigue vivo y con futuro pero lo importante es que sigue aumentando la edad media de los aficionados. Puede parecer que hay más toreo porque hay más información sobre toros y toreros. Pero si preguntas en la calle la respuesta será indudable: a la gente joven no le interesan los toros, salvo excepciones. ¿Por qué sino se oponen los taurinos a que la Administración consulte a la sociedad sobre el tema?”, se pregunta Eneko Pérez, de la organización Equanimal. Según un estudio realizado por Gallup en 2006, el 72,1% de la población del Estado afirma no tener ningún interés en los espectáculos taurinos, un porcentaje que sube al 78,5% en las mujeres y al 81,7% en las personas entre 15 y 24 años. Una pérdida de simpatías que tiene su reflejo en las corridas de toros, que según datos de Interior cayeron un 15,4% en 2008 respecto al año anterior. Por contra, los festejos menores (como becerradas o el toreo cómico) crecieron un 4,6%. A pesar de estos datos, las Comunidades Autónomas siguen dando ayudas millonarias al mundo del toreo y sólo la Junta de Andalucía incrementó la financiación para las escuelas taurinas de 300.000 a 400.000 euros en el último año, lo que permitió la creación de cuatro nuevas escuelas en la región. Al descenso de una actividad que la mayoría considera anacrónica ha contribuido el trabajo de denuncia del pujante y variado movimiento contra la tauromaquia, que con sus acciones muestra la cara menos amable de la “Fiesta nacional”: el sufrimiento de los animales y los intereses empresariales de la lidia y sus conexiones políticas. La mayoría de los grupos antitaurinos, PACMA, Equanimal, Defensa Animal y AnimaNaturalis, entre ellos, enmarcan su denuncia en una lucha más general contra el especismo (discriminación basada en la especie) y por los derechos de los animales. Así, se oponen a que éstos sean usados como comida, entretenimiento, experimentación y vestimenta. El éxito de los desnudos ante las plazas de Pamplona o Madrid de AnimaNaturalis y PETA, la actividad de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia o los arriesgados asaltos a los fosos taurinos de Equanimal, una entidad que nace en 2006 de la fusión de dos grupos históricos (Alternativa para la Liberación Animal y Derechos para los Animales), además de proyectar la denuncia más allá de nuestras fronteras, muestran el crecimiento de un movimiento cada vez más profesionalizado, solvente y activo.

Óscar Chaves. Redacción de Diagonal

Salud y República

P.d. El que escribe ha dejado esta entrada programada, así es que no podrá leer sus comentarios hasta el lunes. Es lo que tiene vivir bien.

5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Y todo es solo cuestión de respeto entre seres vivos. No hay derecho a hacer sufrir para divertirse. El sufriminto ajeno debería generar sufrimiento y no placer. El día que todos estemos de acuerdo en eso se acabarán los malos tratos, el acoso escolar y...las corridas de toros.

Corpi dijo...

A mí tampoco me gustan los toros y me parece una barbaridad lo que hacen con ellos. Lo que me también me hace mucha gracia es que dicen que es una lucha limpia entre el hombre y la bestia. ¡Y un huevo! Si no picaran al toro ni le pusieran banderillas, no habría torero que tuviera cojones para torearlo durante un cuarto de hora.
Salut

yraya dijo...

...y se llaman civilizados a esta gente, que bestialidad.
Me uno a las palabras de Corpi.
Saludos

Dean dijo...

Diversión al más puro estilo de los bárbaros, si a eso se le llama cultura que le vamos a hacer, hay muchos siglos de atraso en todo esto, es un lastre para la sociedad.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Buenas.
Soy un aficionado a la tauromaquia.
Sin entrar a dar mis razones, soy lo que se dice, por parte de los defensores del pensamiento único, un perro fascista, reaccionario, cavernícola, opresor de los pobres, etc etc etc.
No me importa que haya gente que piense distinto a mí.
Es más, me alegra que exista la libertad para que cualquiera pueda expresar su opinión sobre cualquier tema.
Lo que me enoja hasta el límite, y por otro lado es contraproducente al movimiento antitaurino, es querer imponer su pensamiento único mediante la amenaza, el insulto constante, el boicoteo físico y violento, el asalto de las plazas, la tirada de huevos (cuando no de piedras u otras cosas) a los ciudadanos taurinos, etc.
Vive y deja vivir, marioneta de la reprogramación mental, y exprésate pacíficamente.