Las bombas racimo españolas

Las bombas matan, las bombas racimo matan, cercenan, mutilan y dejan secuelas irreversibles en los civiles. No es ninguna broma. Están cargadas de submuniciones que antes de llegar a tierra, al explotar la bomba a una cierta altura, se expanden y afectan a un entorno amplio. Causan con frecuencia demasiados "daños colaterales".

Bueno, pues visto que dichas bombas hacen estropicios humanos, siegan vidas y causan destrozos indiscriminados, en Madrid, la empresa Expal las fabrica y el gobierno lo consiente. Así lo ha hecho saber Greepeace quien en una acción de asalto a las oficinas de dicha empresa en Madrid ha colgado un gran cartel en la fachada y ha sembrado de siluetas y prótesis de personas las oficinas de Expal.

Esta acción coincide con una Conferencia Diplomática que se está celebrando en Dublín esta semana, en la que participan cien gobiernos, entre ellos el nuestro, cuyo objetivo es el estudio de la prohibición de las bombas racimo. La primera intervención de la representación española fue desgraciadamente decepcionante. Ni más ni menos que han presentado una enmienda para que las bombas racimo más modernas no sean prohibidas.

Hoy es un día triste. Uno de esos en los que mi desapego patriótico se desboca. Hoy siento vergüenza de ser español. Me entran ganas de desear que, los que deciden que estas armas no se prohíban, tengan un pequeño encuentro fortuito con una de ellas. A lo mejor, si sobreviviera y no le hubiese afectado a la cabeza, estoy seguro de que escribiría, aunque fuera con un muñón sangriento: ¡No a las bombas racimo! ¡Las bombas racimo mutilan y matan a los civiles!

Salud y República