Hoy es 11 de septiembre. Hace quince años que un acto
terrorista acabó con más de 3000 inocentes en Nueva York. El atentado más atroz
de nuestra historia. Hoy, 11 de septiembre se celebra la Diada, un acto de
identidad cultural y política que celebran mis amigos catalanes.
Sin embargo, hay otro 11-S. Un 11-S olvidado. Después de
recorrer varios diarios digitales que se llaman progresistas, en ninguno he
encontrado restos de un golpe de Estado infame que acabó con la democracia e
inició en Chile (y en todo Iberoamérica) un periodo de crueldad, violencia,
carencia de derechos humanos y de venganza criminal. Hoy hace 43 años de este
acontecimiento y parece que ha desaparecido de la memoria colectiva.
El presidente Allende, fue asesinado y su gobierno
sustituido con crueldad por militares comandados por Pinochet, un traidor sobre
cuyas espaldas caen miles de asesinatos y de actos de tortura. La ignominia de
la extrema derecha chilena capitaneada por el genocida Pinochet y avalada por
la CIA acabó con un régimen democrático y hundió a Chile en un pozo de
violencia y totalitarismo. Provocó una involución que acabó con la posibilidad
de que Chile fuera el embrión de un cambio político que transcendiera más allá
de su país.
Miles de desaparecidos, miles de asesinatos, violaciones,
torturas, robos de niños, expolios, expropiaciones políticas son el resultado
de un totalitarismo inhumano que tuvo como protagonista al genocida Pinochet y
a su aliada la CIA.
Desgraciadamente la Memoria Histórica también está
desapareciendo en nuestro país. Hoy los grandes medios hablan de los otros
11-S, y se olvidan de éste que tuvo unas consecuencias nefastas. Parece que hay
que mirar al futuro y no volver la cabeza. Ya pasa también con nuestra propia
historia olvidada y sin reparar.
No puedo dejar que pase este día sin recordar al hombre que
pudo dar a luz un socialismo democrático en la zona, y que, sin embargo, fue
asesinado por los grandes poderes económicos, con el apoyo yanqui, que no
podían consentir un sistema igualitario y justo.
Hemos perdido la memoria, en 1973, España fue cómplice de
Pinochet y las fuentes oficiales defendieron ese golpe de Estado. Pero hoy no
deberíamos olvidar este suceso luctuoso y de graves consecuencias negativas
para Chile y toda Iberoamérica. Aunque fuera sólo porque fue Chile quien
gracias al poeta Neruda y su gobierno, en 1939, acogieron un barco carguero
(Winnipeg) con cerca de 2.500 españoles que huían del régimen de Franco y del
principio de la segunda guerra mundial.
Allende fue para muchos de nosotros, en la década de los 70,
un político ejemplar, capaz de instaurar un régimen socialista democrático que
sólo pudo ser combatido por las fuerzas militares que no podían consentir un
cambio real que pusiera en cuestión sus indignos intereses.
Este hombre, presidente modelo, pronunció un discurso de
despedida que pone los pelos de punta y que habla de su valentía y de su
firmeza, poco antes de que lo asesinaran. Un discurso donde denuncia a los
golpistas y donde, a pesar de esos malos momentos, augura un futuro deseado.
Para muchos de nosotros, hoy Allende sigue siendo un ejemplo, una esperanza, porque como él nos dijo:
“Mucho
más temprano que tarde, de nuevo, abrirán las grandes alamedas por donde pase
el hombre libre… “
Salud y República
3 comentarios:
Si, los seres humanos somos muy olvidadizos, sin ir mas lejos fíjate como se olvidan las putadas del gobierno del PP que lo votan una vez y otra y vuelven a ganar, y como si no quiere la cosa, van a estar un año extra cobrando sus suelditos y gozando de sus prebendas y encima, pretenden que el pueblo les haga su trabajo...
Salud
Muy cierto, este año, tampoco por aquí he visto alguna nota periodística evocando ese triste evento. Bien merece no ser olvidado.
Un abrazo
Esos mismos tres actos de violencia y muerte los recordé yo en mi muro de facebook este mismo día, empezando por orden cronológico con la imposición del absolutismo de un rey Borbón de la mano de su abuelo Luis XIV en 1714, seguido del criminal Golpe de Estado en un Chile que pretendía tomar las riendas de su destino y acabando por ese terrible atentado que segó la vida de miles de inocentes en las Torres Gemelas de NY. Me uno, pues, tu recordatorio.
Saludos
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