Ha ocurrido lo que ya habíamos anunciado, el pactito entre
C’s y PP se ha firmado, eso sí, como se trata de una engañifa que no va a
servir para nada, lo han rubricado Hernando y Girauta (¡vaya par de
franquistas! El primero denostó a las víctimas del franquismo diciendo que
actuaban por interés económico y el segundo es el autor de un libro donde se
argumenta que fue la República la causante de la Guerra Civil, los pobres militares
se vieron obligados), mientras Rajoy y Rivera se daban la mano de forma forzada.
Bueno pues ya ha sucedido. ¿Y ahora qué? ¿Para qué sirve un
pacto que no tiene la mayoría para llevarlo a cabo? Además es un pactito, donde
las dos fuerzas no han hecho sino intentar culpar a un tercero y acordar medida
que no podrán llevar a cabo.
Cuando se verifique que Rajoy no saldrá investido, C’s y PP
quedarán como lo que son: unos farsantes. Han estado sólo interesados en
anunciarse como salvadores de España, de una España cuyo piloto pretenden que
sea quien la ha estado hundiendo y cuyo copiloto Rivera tiene como pretensión
mayor ser vicepresidente de un gobierno de Rajoy, del mismo que echaba pestes
hace tan sólo cuarenta días.
No puede haber credibilidad para un pacto que no sirve, para
un pacto que se ha dejado en el tintero cuestiones muy importantes, que no
soluciona los problemas de los más necesitados y sobre todo para un pacto que
tiene los días contados y cuyo desarrollo es en muchos casos imposible de
realizar o son sólo meras intenciones.
Las medidas que presenta son de traca. Muchas de ellas
hablan de llegar a conseguir algo que es imposible porque no pueden hacerlo sin
contar con otras fuerzas. Otras son, según los expertos, imposibles de
conseguir como la retroactividad que se pide para obtener el dinero no
recaudado en la amnistía fiscal de 2012. Lo sustancial se ha quedado fuera.
Ciudadanos iba a este pacto a sabiendas de que tenía que
ceder lo importante, puesto que lo esencial no era solucionar problemas, sino
que le vieran como salvador de la patria. Lo de menos ha sido el contenido, lo
importante era que se percibiera al partido como el Moises de la política
española, el que ha descubierto la pólvora. Sin C’s España ha estado equivocada
y vagando por caminos extraños durante cuarenta años. Ellos han venido a
salvarnos y con este pacto se ha conseguido.
Es para partirse y troncharse. Este líder joseantoniano que
se cree indispensable, esencial y patriótico lo único que ha hecho es jugar a
la política, tratar de hacerse notar y construir un pacto que ha dejado sus
primeras y esenciales propuestas en el barranco para aceptar lo que siempre
había puesto como líneas rojas.
Ni desaparición de las diputaciones, ni reforma
constitucional, ni contrato único, ni…,
total: Papel mojado. Una trampa para despistados y una forma de marear
la perdiz y de perder tiempo en beneficio propio, porque lo que está seguro C’s
es que quiere entrar en el gobierno y que de producirse unas nuevas elecciones
es posible que se quede para vestir santos. O se casa ahora con el PP, o puede
quedar en el olvido para toda la vida. Lástima que no dependa sólo del PP y que
el PSOE no esté por la labor de colaborar. El “menage a trois” parece fallido.
Y todo esto escenificado en una rueda de prensa donde Rivera
de forma triunfalista ha dicho que gracias a él España se ha puesto en marcha,
que en pocas horas se ha hecho más que en 38 años de democracia y que ha
arrastrado a la vieja derecha y a la vieja izquierda a una etapa de
regeneración. Pobrecillo, este pseudolíder se ha creído de verdad que es el no
va más, cuando es un abrazafarolas del PP, de tomo y lomo. Por cierto, una
rueda de prensa donde no se ha entregado el pacto escrito a los periodistas, no
vaya a ser que puedan preguntar con precisión.
Entre todas las medidas no se habla de aumento del salario
mínimo ni de la renta universal. Eso sí, se dice que se aprobará un complemento
salarial para los trabajadores que ganen menos (no dice cuánto), lo que
significa que los empresarios podrán, sin rubor, pagar menos porque el Estado
–con dinero de todos— completará el salario. Total, una ayuda al empresario con
dinero público puesto que debería ser él el que pagara salarios dignos.
En total se dice que todo lo que se ha pactado costará
29.000 millones de euros. Eso sí, sin decir de dónde se va a sacar, aunque
aseguran que no se subirán impuestos. Si sumamos a los 29.000 millones de
euros, los 10.000 que pretende que se recorte la Unión Europea, nos encontramos
con que la multiplicación de los panes y los peces es un milagro menor si lo
comparamos con lo que tiene que ocurrir para cuadrar estas cuentas imposibles.
Otra certeza más de que se trata de un timo, el de la estampita, donde en el
sobre sólo hay un billete y el resto son papeles de periódicos.
En fin, nada nuevo bajo el sol. Se ha verificado lo
esperado, una vuelta de tuerca más para presionar al PSOE y un acuerdo que no
se realizará. Estos chicos de C’s van a batir un nuevo récord Guiness, el de
acuerdos de Estado fallidos –dos en seis meses—, eso sí, “TODO POR ESPAÑA”
3 comentarios:
Pues yo creo que el Rivera desde el punto de vista del marketing politico, fuera aparte de que el pacto sirva o no, ha movido ficha y a una parte del electorado le ha gustado y si hay elecciones verás como se lo van a tomar en cuenta, de la misma manera que se lo va a tomar a PSOE que está tocandose los cojones sin hacer nada, y los de Podemos consumiendose en su propia salsa, los separatistas aprovechando la coyuntura construyendo su propia autopista a la independencia, y entre todos la casa sin barrer y España como siempre, a joderse tocan una vez mas...que asco coño...
Salud
Si a eso se le puede llamar pacto o pactito o pactazo...
El caso es que si hay nuevas elecciones, más de uno y más de dos se van a llevar sorpresas mayúsculas. No se puede jugar con el pueblo así, aunque el pueblo se lo mereciera.
¿Elecciones hasta que salga un resultado que le guste al partido popular?
En fin...
(Al primer comentarista)
No creo que Rivera convenza a nadie a estas alturas, a muy pocos quiero decir. Los chaqueteros no suelen gustar y él ha demostrado que se alía con cualquiera con tal de pillar cacho, o sea, sus convicciones son la mar de flexibles. Eso sí, tirando a la derecha, ni siquiera lo disimuló con las condiciones que le puso a Sánchez. Los pactos son necesarios pero ¿a costa de qué? No podemos vender nuestra alma.
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