03 octubre 2015

Rato no roba bicicletas

Rato no roba ni ha robado bicicletas. Lo suyo va por otros mundos. Él ha sido el gran triunfador hace quince años, y hoy es el gran truhán, pero ahí está. Un grano gordo que le ha salido al PP, del que no terminan de distanciarse. Y es que Rato es mucho Rato, y además no roba bicicletas.

La factoría Rato da para mucho. Algunos de sus socios ya está en la cárcel, otros imputados, como el capo de la secta, el gran Rato, ese presunto (no se nos olvide poner presunto, no vaya a ser que todavía le declaren inocente) delincuente de cuello blanquísimo lavado con Ariel. Porque Rato viene y va, sube y baja, trabaja, viaja y seguramente también fornica. Así es que, podríamos decir que hace una vida normal. Sólo de vez en cuando, se presenta ante un juez y le cuenta su vida a su manera y sale tan contento. y ¡ojo! que no le pongan la mano en el cogote que es un acto de menosprecio, que no le entusiasma al aristócrata Rato.

Rato delincuente

Parece que no ha hecho nada y sólo está imputado por: cinco delitos fiscales, uno de blanqueo y otro de alzamiento; sin contar lo que le queda en la recámara, que no es moco de pavo. Pero como si oyera llover, él sigue libre, libérrimo. Como debe ser, así puede esconder pruebas, viajar a paraísos fiscales, conseguir créditos sin pagar intereses, entrevistarse con el ministro del Interior y seguir trabajando en una trama para evitar ser condenado. Y es que Rato es listo, y además se las ponen como a Fernando VII. Le retuvieron unas horitas y parecía que se caía el mundo. Eso sí, él sigue con su pasaporte, con su total libertad, como merece un ciudadano ejemplar.

Y es que Rato puede haber cometido muchos delitos, de hecho, así parece que ha ocurrido, pero, sin embargo, no ha robado una bicicleta. Porque si Rato lo hubiera hecho, ahora no estaría libre, le pasaría como a Adrián Manuel, un sevillano de 25 años que va a entrar en la cárcel por haber robado una bicicleta municipal. ¡Justicia ejemplar! No se puede ir por el mundo robando bicicletas.

Claro que si tienes un ejército de abogados, pagados con lo que has robado, y además el gobierno y toda su tropa, también la judicial –ya saben esa que está en vasos comunicantes con el ejecutivo— a tu lado, puede que no te condenen por haber estafado a miles de preferentistas, por haber engañado a miles de accionistas, por haber defraudado a Hacienda, por tener cuentas opacas con empresas fantasmas, por mantener cuentas en el extranjero –¡gran patriota!—, por lavar dinero negro, por cobrar 40.000 euros mensuales por misteriosas asesorías verbales cuando era vicepresidente del gobierno, por… tantas cosas más, y qué más da. Por hacer todas las fechorías económicas del mundo.

Y es que lo grave es robar una bicicleta. Lo demás, pequeñas triquiñuelas normales en una cleptocracia. Como ya sabe todo el mundo, las bicicletas son para el verano, y no se roban.

Salud y República

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pero aún hay algo peor que todo esto y es que se sigue votando a esta banda (gobiernan Madrid, Galicia,...) increible

Genín dijo...

De vergüenza... :(
Salud