29 octubre 2015

Rajoy y Mas se apoyan en las campañas electorales

No. No hablo de un apoyo claro y diáfano. Se trata de un apoyo contrario a sus intereses que provoca la ayuda al otro, por sus equivocadas y viscerales decisiones políticas tomadas.

No tengo duda de que los tiempos han sido determinantes para que tanto el PP como Convergència y sus socios independentistas actuasen de una determinada forma.

El PP eligió a conciencia el tiempo en el que tenía que tratar de vencer a su enemigo catalán. Y, equivocadamente, decidió promulgar una ley por la que el Tribunal Constitucional pasaba de ser un ente jurídico a un ente jurídico-policial con competencias punitivas. Como tampoco fue casual que, en plena campaña catalana, Mas fuera a declarar como imputado por la celebración de la consulta del 9-N. Ambas cuestiones hizo que a Mas se le percibiera como a un mártir y a Cataluña una tierra castigada, y gracias a Rajoy y sus muchachos crecieron los independentistas, provocándose lo contrario de lo que desde el PP se pretendía.

Ahora resulta que a Junts pels Sí –junto a las CUP-- se le ha ocurrido, sin ni siquiera haber elegido un president para su parlament, iniciar un proceso de independencia –a menos de dos meses de unas elecciones generales--, lo que Rajoy ha aprovechado para tomar la iniciativa y con su contraataque obtener una ventaja electoral.

Hay que ser miopes. O mejor ciegos. No entienden nada. Por mor de sus propia satisfacción han otorgado ventaja a su adversario. Y es que es fácil de entender que ambas decisiones políticas han creado más beneficios en el contrario que en el propio grupo.

¿Era tan difícil ver que la fecha para promulgar esa ley del Tribunal Constitucional o la de la imputación de Mas no era la más favorable? La reacción no se hizo esperar. Rajoy y sus chicos hicieron de Mas un mártir, con el consecuente beneficio para su formación.

Rajoy y Mas

Igualmente en el caso de la declaración de independencia, creo que era fácil haber esperado a enero, a que pasaran las próximas generales. Porque al haberlo hecho ahora hace que el PP obtenga, fuera de Catalunya, adhesiones de todos los que no quieren la independencia catalana, que son la gran mayoría. Cualquier decisión que tome Rajoy, dirá que lo hace en defensa de “la unidad de España” –de la que tanto se llena la boca— y seguro que le reportará réditos electorales. Con esta declaración el PP se encuentra como pez en el agua, como salvador de su España y serán muchos, por desgracia, los que se lo crean.

Parece como si estuvieran de acuerdo y se retroalimentaran el PP y los independentistas. Las decisiones de uno benefician al otro y viceversa. La torpeza de uno alimenta al otro y así sucesivamente.

No sé cómo acabará esto. Desde luego, la responsabilidad inicial fue del PP, que después de estar aprobado el Estatuto Catalán por los dos parlamentos y por los ciudadanos catalanes, lo llevó al Constitucional y lo manejó para que lo echara atrás. Y todo ello cuando había funcionado casi cuatro años sin que hubiera habido el mínimo incidente. Rajoy, después ya de presidente, ha sido incapaz de tratar de resolver esta situación, simplemente ha hablado siempre de la ley sin mover un dedo, sin tratar de solucionarlo políticamente. Como suele actuar, ha agachado la cabeza cual avestruz y ha tratado de que pase el problema y se pudra, sin mover un dedo. Lo que nos ha llevado a la situación actual. Todo ello agravado por Mas, el comandante del otro bando, que para tapar problemas de su gestión (corrupción y recortes) no ha dudado en elevar la tensión, en echar más leña al fuego, sin tratar tampoco de buscar una salida política.

Será difícil que esto se solucione con estos dos gerifaltes. Ni Mas ni Rajoy han estado a la altura de la situación, han sido una rémora. Esperemos que Rajoy no sea el próximo presidente del gobierno (que no gane las próximas elecciones) y que Mas no sea el próximo president de la Generalitat (que la CUP cumpla su promesa de no votarle en la investidura si sigue presentándose como candidato). Ese puede ser el primer paso para llegar a un acuerdo, que no debe pasar sino por un plebiscito donde el pueblo catalán manifieste su preferencia. Sólo dando paso a la democracia, sólo dejando que los catalanes decidan su propio destino será posible resolver el problema. No veo otra solución.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Siempre he pensado que Rajoy era una fabrica de independentistas, pero lo que hay que hacer no es lo que hacen los independentistas catalanes, todo lo contrario, hay que unirse todos para echarlo...
Salud