Erase una vez un alcalde que fue, un ministro esperpento, un político prepotente. Erase una vez un político monaguillo, sujeto a los obispos, un personaje alejado de la ciudadanía, un faraón fallido.
Y, como a los de Tudela, le han dejado solo. Más solo que la una. Los suyos le han vendido una moto que no arranca porque le han gripado el motor por motivos electorales. Así es que se ha quedado compuesto y sin novia. Sí, porque su novia, su proyecto más querido, el más deseado por él, por los carcas y por la Iglesia. era la nueva ley del aborto, una aberración que le ha costado al PP críticas desde todos los lados. Desde dentro de su propio partido a manifestaciones en Europa les han hecho imponer sus intereses electorales a su promesa electoral y a sus valores fundamentales.
Una vez más a los peperos les importa un carajo los valores, ni tan siquiera esos –principios irrenunciables-- por los que dicen que luchan con más intensidad, ellos son una maquinaria de poder sin más. Y si tienen que dar marcha atrás para no perder votos, ¡qué importan los valores!
El faraón y ministro Gallardón hace un par de meses prometió que antes de terminar el verano –habló de septiembre— entraría en el Congreso dicha ley y sin embargo, ahora se ha sabido que el PP la ha aparcado, con el consiguiente cabreo de la extrema derecha, de los meapilas y de la Iglesia, y sobre todo dejando al ministro Gallardón con el culo al aire, incumpliendo su palabra y cargándose lo que le quedaba de crédito político –muy mermado— de un plumazo.
Afortunadamente no se han atrevido a imponer esa ley que nos retrotraía a antes de los años ochenta. Y demuestra una vez más –en este caso nos alegramos— que los peperos incumplen sistemáticamente el programa electoral. Esta ley era la ley política estrella de esta legislatura y sin embargo se la han cargado. Un alivio para todos los demócratas y sobre todo para las mujeres.
Los resultados de las elecciones europeas últimas han cambiado también al PP, que se ha dado cuenta de que no puede perder más electores por el centro-derecha.
Ahora queda por ver la respuesta del propio Gallardón. Hay quien dice que dimitirá cabreado con Rajoy por no llevar adelante esta ley. Sin embargo, yo lo dudo, ya hizo amagos y tuvo motivos en ocasiones anteriores y no lo hizo. Recuerdo cuando la lideresa Aguirre le pegó una paliza que demostró que Gallardón apenas tenía apoyos entre sus correligionarios en Madrid y también cuando Rajoy no quise meterle en ninguna lista para que fuera diputado en 2008.
En ambas ocasiones amagó con dimitir y ahí le tienen en la lucha, aunque las pierda todas. Un faraón que dejó una deuda en Madrid de casi 8000 millones de euros –la deuda per cápita más alta de las ciudades importantes de toda Europa—y que lo dejó para ser ministro y poder llevar a cabo una petición de sus queridos obispos, una nueva ley retrógrada e infumable sobre el aborto, cuando la actual ley está a la altura de la mayoría del primer mundo.
No creo que dimita, aunque amagará, ya lo verán, pero desde luego está muerto políticamente y como buen faraón, pasará a la historia momificado por su gente.
Salud y República
2 comentarios:
Si tuviera lo que debería tener y no tiene, debería dimitir e irse a África a descapullar monos, por ejemplo, cuanto mas lejos mejor...
Salud
Esto evidencia que para el PP no son importantes ni las ideas, ni los principios, ni los programas. Para ellos lo único importante son los votos.
Aquí sería muy de aplicación el dicho de Groucho Marx: "estos son mis principios, si no le gustan tengo otros".
Por los votos no les importa vender sus ideas y a los suyos.
Salud, República y Socialismo.
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