02 septiembre 2014

Pactos políticos entre bambalinas

A pesar del ímpetu (falso) que ha puesto el ministro Montoro en las críticas contra Pujol, la sangre no llegará al río. No hay nada más que ver lo que han dicho los grandes popes peperos, como son Cospedal, Rajoy y Saénz de Santamaría, unas críticas suaves y de baja intensidad.

Hablan de que no quieren hacer sangre, de que es una cuestión catalana y que la justicia investigará la verdad. Lo que no dicen es el porqué.

Y es que los peperos no pueden seguir con la política del caballo de Atila solos, necesitan socios. Y si dejan asolado este país no quieren que se les acuse de haberlo hecho ellos solitos. Y quién mejor que CiU para acompañarles en sus desmanes. Por otro lado, Convergencia está necesitada de un apoyo, porque lo de Pujol les está pasando factura, digan lo que digan, y además se encuentran ante una vía muerta en el tema del referéndum, y no se atreverán, por cobardía, a imponer el referéndum aunque todavía lo sigan pregonando.

Está claro que si el PP no es beligerante con el tema Pujol, CiU les devolverá el favor apoyando las sangrantes leyes que nos quieren imponer, especialmente, el pucherazo electoral donde con el 40% un alcalde pueda gobernar contra el 60% restante.

Pacto infumable

Este pacto secreto, que no saldrá a flote pero que el sentido común, visto como actúan ambos contendientes, dice que existe, es el pacto de las vergüenzas: tu apoyas mis vergüenzas y yo asumo las tuyas, y a los ciudadanos que les den. Y todos tan felices.

Por otra parte, el PSOE ya está esperando la ruptura entre CiU y Esquerra, y su nuevo líder, Sánchez, ha abierto la puerta para que el PSC, en ese caso, se alíe con CiU para gobernar en Cataluña. La cuestión es pillar cacho ahora que ven que no hay forma de recuperar votos perdidos, buscan cualquier acción que les permita cambiar, aunque sea apoyar a un partido como CiU que está cayendo en las encuestas de forma alarmante. Y se equivocan, porque aliarse con CiU –y bien que lo saben—, es hacerlo con la derecha, cuando ellos mismos reconocen que lo que les ha hecho perder votos es perder el contacto con su electorado de izquierdas, ¿en qué quedamos?

Se aproxima un curso calentito. 2015 es un año electoral donde muchos partidos se juegan mucho, y algunos se lo juegan todo. Cosas veredes que farán fablar las piedras. Porque los tiempos que se aproximan, con las tres elecciones importantes, harán cometer burradas, tropelías, pactos infumables, canalladas, todo por ganar la elecciones. Vale todo. Y a pesar de que la capacidad de sorpresa cada vez es menor y es difícil que nos asombremos después de lo que nos ha tocado vivir últimamente, verán como serán capaces de pasmarnos.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Claro, será como siempre :(
Pero me intriga que va a suceder con Podemos y Ganemos...
Salud