Hoy es 14 de abril. Y la primavera brillará más, mucho más. Hoy se cumplen 83 años desde que triunfó por primera vez una democracia en España. La II República española fue mayoritariamente apoyada por el pueblo español.
Y esa luz duró cinco años. Una luz con apagones impuestos por los poderes fácticos que siempre consideraron, y algunos todavía lo consideran, que la democracia era un régimen poco apto para sus intereses. Y se pasaron ese tiempo poniendo trabas y obstáculos hasta llegar al golpe de Estado de 1936, donde el Ejército, apoyado por la Iglesia, la Derecha y los poderes económicos se alzó en armas contra el pueblo soberano.
El resultado es conocido por todos, casi cuarenta años de una dictadura cruel donde muchos murieron, otros se exiliaron y el resto tuvo que vivir soportando el yugo de la injusticia, de la represión, de la indignidad y de la falta de libertad.
Más tarde con la muerte del dictador, llegó la transición, una transición que en aquel momento se aplaudió como salida de una situación insoportable, pero que sigue todavía hoy sin concluirse. Una transición que no selló las heridas que la dictadura había abierto. Incapaz de dar el reconocimiento a quienes fueron las víctimas que defendieron los valores democráticos muchos de los cuales siguen enterrados en cunetas y lugares desconocidos. Sin que ningún gobierno democrático haya hecho nada por evitarlo. Y llegó la amnistía, un perdón que tiene a torturadores del franquismo en la calle, sin haber sido juzgados, y a las verdaderas víctimas totalmente olvidadas.
Y siguen empeñados en que olvidemos, en que es tiempo pasado, en que ese agua no mueve molino. Y no es verdad. Han falseado la historia, calumnian y pretenden envilecer a esa República ejemplar, pero no lo conseguirán. Mientras haya gente que pensemos que hay que mantener vivo ese recuerdo, el recuerdo de la Verdad, el recuerdo de la Justicia y el recuerdo de la Reparación, no habrá olvido. Es nuestra obligación mantener la Memoria, esa Memoria Histórica que nos quieren borrar, que nos quieren falsificar.
Además de homenajear a la II República y sus víctimas, tenemos que reivindicar, más que nunca, la III República. Para volver a saborear los valores democráticos que fueron borrados con sangre, para evitar que una institución como la Monarquía, antigua, antidemocrática y privilegiada, se perpetúe.
Abril huele a primavera republicana. Nuestro recuerdo a aquel ejemplo y nuestro deseo para que esos valores vuelvan próximamente. Así sea.
Salud y República
2 comentarios:
Desde luego, que así sea, pero sin perder de vista que aprendamos de los errores cometidos en la República porque seria muy desafortunado no aprender de ellos y pensar que todo el monte fue orégano, hay que escribir la Historia con la verdad y no como escribieron los franquistas :)
Salud
Excelente artículo, Rafa!
=)
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