03 febrero 2014

Esos “pobres” bancos y sus “pequeños” beneficios

Pobrecillos, ya saben ustedes cuál es la última versión del gobierno: No se ha rescatado a los bancos sino a sus clientes. Gracias amigos Montoro, de Guindos y Rajoy. Sois fabulosos, nos habéis salvado de la quiebra.

Total que esas decenas de miles de millones de euros han ido a parar a los clientes del sistema financiero, y no a los bancos. Estoy por ir a pedir mi parte a ver qué me dicen.

Nos dijeron, en concreto son palabras del propio presidente del gobierno, que el contribuyente no pondría ni un euro del rescate bancario. Otra mentira vil como un camión del gran Rajoy que debería aprender alguna vez a decir la verdad. De momento no hemos recuperado ni el 30% y no parece que se pueda ir más allá.

El caso es que nuestros maravillosos bancos siguen sin devolver el dinero de las preferentes, salvo que se gane judicialmente, siguen –a pesar de que dijeron que no— desahuciando como bellacos a los hipotecados que no pueden pagar, y siguen, sin ningún rubor, obteniendo unos beneficios que hacen temblar:

Beneficios de la banca 2013

La cifra final de Bankia es de 509 millones de euros de beneficios.

No, no se crean que yo soy un bolchevique redomado y que quiero que las empresas no tengan beneficios, pero estando como estamos qué menos que las entidades bancarias hagan un esfuerzo y, en vez de repartir dividendos, estos beneficios sirvan para pagar preferentes o para abrir el grifo del crédito que está fundido. Es más, en el caso de que hayan recibido ayuda estatal, o sea dinero de los ciudadanos, los beneficios deberían utilizarse para pagar parte de esa ayuda. ¿Acaso no sería justo? Pues no, se ve que no.

Nada de nada. El caso de Bankia clama al cielo. Un banco que procede de la fusión de varias cajas de ahorro quebradas, principalmente de la antigua Caja Madrid. Un banco que recibió la preciosa cifra de 24.000 millones de euros de dinero público, que además tiene a los preferentistas reclamando su dinero y que es incapaz de dar créditos a las pequeñas y medianas empresas, y resulta que ha obtenido más de 500 millones de beneficios y, sin hacer ni puto caso de su historia reciente, en vez de arreglar algo de lo que se cargó, decide --ahora que ya está capitalizada, a costa de nuestro dinero--, dar dividendos y prepararse para su completa privatización en dos años.

O sea que –perdónenme el refrán basto pero muy explicativo— además de putas nos toca pagar la cama. Total, engañan a preferentistas, desahucian a tutiplén, les tenemos que pagar un rescate de 24.000 millones a fondo perdido, y sin solucionar ninguno de estos problemas, resulta que en dos años la van a vender al mejor postor, aquí paz y después gloria. Esto sí que es un negocio.

No me dirán ustedes que no es para acordarse de Blesa, de Rato, de Fernández Ordóñez, de Elena Salgado y de algunos más. Con un especial recuerdo para nuestro querido gobierno: de Guindos, Montoro y Rajoy; el triángulo de lo irrisorio, que ha sido capaz de soltar nuestro dinero sin poner ningún requisito. O sea como hacen con todo, al fin y al cabo se trata de tirar con pólvora ajena.

Una desvergüenza que demuestra como son estos peperos, capaces de favorecer a los más poderosos a costa de los más débiles, aunque vean luces al final del túnel, y es que sus sueños son nuestras miserias.

Salud y República

2 comentarios:

Genín dijo...

A ver cuando nos devuelven la pasta que les hemos prestado por cojones... :(
Salud

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Parece mentira que los gobiernos se dediquen a salvar entidades privadas en lugar de velar por los intereses del público, de la gente, del pais en sí.
=(