¡Ay, qué pena más grande! Con lo que es ella. Mira que tener que abochornarse por su partido. ¡Pobrecilla! Con lo que ha luchado contra las mamandurrias –las de los otros, claro—, ahora resulta que ve con bochorno todas las corrupciones que están ocurriendo en su partido, casos Bárcenas y Gürtel, sobres declarados y sin declarar, explicaciones cospedalianos o florianos ante lo inexplicable. Defensa por parte de la cúpula del tesorero chorizo. Y ella se rebela.
Claro que hay que tener jeta para salir con esas declaraciones cuando ha sido en su Comunidad de Madrid, en su partido en Madrid, en donde empezó la Gürtel, con gente que ella había colocado en el partido y en los puestos institucionales de la Comunidad, aunque luego se vio obligada a cesarles de sus puestos.
Hay toda una serie de especulaciones sobre las razones por las que la lideresa habría declarado que se siente abochornada por la corrupción en su partido. ¿Será porque quiere provocar follón en su partido, o acaso es que a ella no le ofrecieron sobres? Quizá las dos cosas. Por supuesto, lo que no hay duda es de que no lo hace por cuestiones éticas.
Ahí queda el Tamayazo, un golpe de Estado autonómico que propició su subida al trono, comprando traidores. O busquemos cómo coloca a los suyos –por ejemplo a su hijo o su hermana-- en puestos de confianza, o cómo se hicieron estaciones del AVE, en sitios inverosímiles, en terrenos de la familia de su marido. O cómo no vacila en ayudar a su camarilla joven –para crear una red clientelar--, aunque sean delincuentes, como es el caso del tal Carromero. Y ¿qué mayores mamandurrias que las subvenciones que, durante sus mandatos, se han otorgado a los colegios privados mientras disminuía el presupuesto de la enseñanza pública?
Y se queja, como suele ocurrir quien menos debería. Ella, precisamente, la que fue presidenta del Senado, el organismo más inútil y mamandurriero de todos, donde los que están son personajes que hacen que trabajan para no decidir nada, eso sí, bajo un buen sueldo y un paraguas institucional lleno de prebendas y mamandurrias.
En fin, menuda cara dura tiene esta lideresa. Ahora que está fuera del gobierno de la CAM, no deja de tratar de influir como si fuera la reina de Saba, y todo ello, con tal de estar en el candelero, tratando de ser la “voz ética” de su partido. ¡Manda huevos!
Salud y República
5 comentarios:
El cinismo de esta mujer no tiene límites.
Lo que hay que oir... Besos, querido amigo.
Se llama cinismo.
Estamos de acuerdo, acabo de escribir sobre lo mismo.
Salud, República y Socialismo
Hartos de sus bochornosos espectáculos andamos, incluso los que no somos de Madrid...
Abochornada no, abochornante...
Saludos
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