Inmigrante: “o te marchas o te mueres”

Me espero cualquier cosa de esta gentuza, pero cada día consiguen sorprenderme más. Las líneas rojas que constantemente pisan sobrecogen a cualquiera.

Son conocidas las tendencias xenófobas de algunos de sus miembros (por ejemplo, el tal Albiol alcalde de Badalona), pero llegar al extremo de discriminar a los más débiles y encima querer que contribuyan a esta crisis los que nada tienen que ver con ella, en un alarde de desvergüenza inaudita. Y es que son capaces de todo.

Ahora resulta que encima les hacen un favor. Primero les sacan de la Sanidad Pública –me refiero a los inmigrantes que no tienen documentos— y luego vienen con que “les dejan acogerse a la misma” previo pago de 710 euros. Eso, si tienen menos de 65 años, los que sobrepasan esa edad han de pagar 1865 euros al año. Por supuesto, además, tendrán que pagar el cien por cien de los fármacos y el transporte sanitario si fuera necesario.

Como se puede observar una acción muy caritativa que estos peperos defienden sin rubor y con todo el desparpajo que tienen, que es mucho. Estos, los mismos que se dan golpes de pecho, muchos de los cuales van a misa frecuentemente y, es más, muchos pertenecen a colectivos religiosos --la propia ministra de Sanidad, dicen que es del Opus Dei— son capaces de decidir estas felonías.

Se ceban con los más débiles, incapaces de sacar dinero de los que lo tienen, prefieren terminar de hundir a los que no lo tienen. Porque poner precio a la salud es de una indecencia impropia de seres humanos, sobre todo si se hace a gente que no tiene nada, que vive en la miseria. Y es que lo que quieren está claro,que se mueran o que se marchan, ya que la gran mayoría no podrá pagarlo.

Así lo ha hecho presente Rafael Hernando, que debe ser el pepero de guardia que se ha quedado en agosto. Con todo el descaro ha sido muy claro: “los inmigrantes ilegales lo que tienen que hacer es volver a su país”. O sea, esta medida de hacerles pagar por la salud –por cierto esta cuota es más alta que las de las empresas privadas, señal de que se trata de una medida recaudatoria y disuasoria— es para echarles o dejar que se mueran. Difícilmente podrán pagar esta cantidad los inmigrantes que no disponen de recursos.

Ese es otro de sus objetivos: que las empresas de prestaciones de servicios médicos privados hagan caja. Al ser tan caro el servicio público para este colectivo, están promocionando los servicios médicos privados . O sea, dando negocio a sus amigos, las empresas privadas médicas.

Estos inmigrantes que son los que limpian nuestras casas, cuidan de nuestros niños y ancianos, y recogen nuestra fruta y otras cosechas ahora quedan penalizados al dejarles fuera de la Seguridad Social.

Muchos son los profesionales de la salud que están en desacuerdo con esta medida. Así, ya son más de mil los médicos que han firmado un manifiesto en contra de esta decisión. Y son tres las CC.AA. que han manifestado que no lo pondrán en práctica y que seguirán con una Sanidad Pública universal. Se trata de Cataluña, Euskadi y Andalucía. Además del problema más importante el de la discriminación social, el de falta de justicia social, está el de que se congestionarán las urgencias, vía por la que entrarán la mayoría de los inmigrantes enfermos.

En fin, otra medida injusta que no pretende sino cambiar el modelo de Sanidad que teníamos, tratando de acercarlo al modelo de Beneficencia. Otra decisión que hace adelgazar el Estado del Bienestar y que nos retrotrae a épocas ya superadas. Una más que demuestra la práctica de discriminación a los inmigrantes.

Salud y República