Echan de la Puerta del Sol a los Indignados

Han sido muy buenos. Han tenido mucha paciencia. Pero, claro, ha llegado el momento de actuar. Y no ha habido más remedio que limpiar Sol. El ministerio del Interior ha tenido mucho aguante y ha impuesto el diálogo siempre. Esta ha sido la versión de los socialistas, en concreto de Tomás Gómez el líder del PSM.

De los peperos mejor no hablar. Para ellos ya era hora. La policía ha hecho su trabajo. Había que limpiar de cascajos la Puerta del Sol. Aquello era un ejemplo de suciedad y de perroflautas.

Sólo Llamazares ha sido claro y rotundo: Estamos en desacuerdo con la intervención de la policía. Para los asistentes a la JMJ (visita del Papa) se da todo tipo de facilidades que pagaremos todos, mientras que a los indignados ni se les escucha, ni se les respeta. El desalojo se ha producido sin diálogo ninguno.

La realidad ha sido que el hecho se ha producido con nocturnidad, alevosía y sin ningún diálogo (han esperado a que sea agosto y las seis de la mañana). No han podido resistir verlos ahí tanto tiempo. Y eso que la infraestructura que mantenían era mínima. La cosa está clara, tenían que echarles, están preparando un Madrid de incienso y velas, de rezos y confesionarios, de sotanas y mantillas, un Madrid artificial, limpio de reivindicaciones, donde no cabe la indignación, sino la resignación, donde los perroflautas sobran. Necesitan un ciudad uniformada, mirando al cielo con las palmas juntas esperando recoger el fruto que su dios les otorga por el hecho de serlo y que pagamos todos.

Dicen que el Ministerio del Interior no ha podido resistir la presión de la Comunidad de Madrid. Las constantes llamadas de Esperancita para que limpien la ciudad ante la llegada de Benito XVI, ha conseguido sus objetivos. Al menos en parte, porque la lideresa quiere más –ya saben, ella tan liberal—, solicita también que no autoricen una manifestación en contra de la llegada del Papa. Eso no se puede consentir. Con lo bueno que es, ¿como es posible que haya gente que no quiera que venga?

Es el momento preciso de poner a estos perroflautas en su sitio, así piensan ellos. No quieren que se discutan sus privilegios, ¿quiénes son estos muchachitos para criticarlnos a nosotros, los padres de la patria, los votados, los reyes del mambo?

Lo que no han entendido, ni entenderán, es que por mucho que les desalojen físicamente de los sitios donde se encuentran, nunca podrán combatir el espíritu de indignación que crece, que no para, que tiene la razón y lo sabe, que pretende y reivindica verdades de Perogrullo, de forma organizada y pacífica. Con eso no podrán. El espíritu de rebeldía, inconformidad y justicia, no podrán pararlo, ni tirios ni troyanos, ninguno de esos dos partidos que se han apropiado de este país y minusvaloran y desechan todo lo que no se produce dentro de sus cauces (quizá mejor dentro de sus fauces).

Pero ahí siguen, para nuestra alegría y esperanza, los indignados prefieren vivir de pies y no arrodillarse ante nadie. Y seguirán, en los barrios, en plazas de esta ciudad y de otras. Y mantendrán viva nuestra esperanza. Porque de ellos es el futuro, y eso nadie se lo puede quitar.

Salud y República