Muchas impresiones he sacado del viaje a Ecuador. La mayoría buenas, algunas contradictorias. Lo que voy a expresar en esta entrada son sensaciones y reflexiones, y como tales, discutibles.
Mi visión de Ecuador ha sido parcial y desde una posición privilegiada, acompañado siempre por mi cuñado, un guía, compañero y organizador excepcional.
Ecuador tiene mucho que ver. Mucho y distinto. Desde la Amazonía (el Oriente) hasta la costa, pasando por la cordillera de los Andes, columna vertebral del país (zona conocida como la Sierra). Haría falta profundizar y permanecer mucho más tiempo para sacar conclusiones más certeras, pero en veinte días es difícil sacar algo más que impresiones.
Visto lo peculiar, diverso y variopinto del país, hemos visitado fundamentalmente una parte de la Sierra, donde se encuentran dos de las ciudades más importantes, la capital Quito y Cuenca.
La peculiaridad de la Sierra es que el paisaje está rodeado de montañas y volcanes de cerca de cuatro mil metros de altura. Esta orografía hace que las ciudades se encuentren en una meseta, a más de dos mil metros (en el caso de Quito es de 2800). El clima templado que puede ir de los 10 grados por la noche a los 22, de media, por el día, junto a una estación de lluvias importante, desde octubre a abril, hacen que a pesar de la altura, la vegetación sea rica y exuberante. Todo el paisaje es verde y denota tranquilidad y paz.
La ciudad está situada entre el volcán Casitagua por el norte, la Falla de Quito por el este, las faldas orientales del Pichincha por el oeste y el Volcán Atacazo por el sur. Sus dimensiones aproximadas son de 50 km de longitud en dirección sur-norte y 4 km de ancho de este a oeste.
Quito es una ciudad urbanísticamente caótica, salvo en su casco antiguo, donde salvo excepciones que las hay, sus monumentos –iglesias, edificios oficiales— casi todos barrocos y neoclásicos, sus casas son muy típicas, normalmente de dos pisos y con madera en puertas y ventanas. A Quito le falta espacio, rodeada por varios volcanes y montañas que hacen que se extienda como una serpiente por toda la meseta, mordiendo con sus casas las laderas de los volcanes. Y sus cuestas son impresionantes. Los quiteños dicen que son todas de bajada, en un alarde de piropear a una ciudad donde a los 2800 metros de altura hay que añadir lo que supone subir cuestas que ni el mismo Contador las coronaría en bicicleta (por experiencia propia, algunas dan miedo).
Quito es la capital de Ecuador, pero es la segunda ciudad en número de habitantes, cuenta con 1,5 millones –Guayaquil tiene más de dos millones—, y es la ciudad donde se encuentra la Administración central, los monumentos más importantes y donde viven las familias más acomodadas, de prestigio y alto nivel social, junto a una clase baja y necesitada que apenas gana para vivir con trabajos que más que precarios son penosos.
Quito, además de ser una ciudad interesante, tiene unos alrededores hermosos, y se puede decir que a ciento cincuenta kilómetros a la redonda se encuentran lugares y parajes bellos y únicos, de ellos hablaré próximamente. Ahora les dejo con algunas fotos de la capital de Ecuador.
Continuará.
Salud y República
P.D. Como saben ustedes nos ha acompañado en este viaje, Carmen, con la que hemos disfrutado personas, paisajes y risas, muchas risas. Gracias, guapa.
10 comentarios:
Tengo una amiga de los blogs que está viviendo en Quito y suele postear unas fotos bellísimas. Fuera de eso, debo decir que es poco y nada lo que conozco sobre ese país hermano, así que todo lo que puedas contarnos será novedoso.
Un abrazo.
Es genial volver a vivirlo después de tantos años, puesto al día a través de tu objetiva mirada.
Gracias
Salud
Gracias,Rafa,por irnos contarnos las características e impresiones de Ecuador.
Imagino que, si le dejan, Correa deberá dar un impulso político a este país sumido desde sus orígenes en la oligarquía.
Las imágenes extraordinarias.
Saludos
Yo recuerdo que en Quito aterrizamos al segundo intento y que era un aeropuerto peligrosísimo, no sé cómo será ahora.
Bienvenido al Planeta Ibérico don Rafael, ansioso esperamos esos concursos.
Y allí estabamos nosotros: en la mitad del mundo.
NO se si somos más sabios después de esta extraordinaria experiencia pero de lo que si estoy convencida de que hemos hecho acopio de muchas risas cuyo recuerdo nos será muy util para tiempos más grises.
¿Será este el incio de otros viajes compartidos? Como verás soy inaccesible al "desaliento viajero" y ya estoy pensando en futuribles futuros.
Coincido con tu mirada quiteña.
Besos sonrientes
Esto ha sido una verdadera maravilla de viaje, por lo que veo. Me ha fascinado la foto aérea, las fotos aéreas, la primera y las demás, de la ciudad asomando entre las montañas. El pavor para mí sería la altura: leo el letrero de 4100 metros y me desmayo al enterarme. ¿Se nota el mal de altura? Lo delicioso, imagino, la gente y esos rincones tan mágicos, esas plazas, esas calles pendientes hacia el cielo.
Qué curiosos los viajes, las impresiones que nos sugieren. Sí, le digo a Carmen, os ha hecho más sabios, ni lo dudes, un viaje acometido con sensibilidad siempre hace más sabio, ni que sea un poco, porque te abre la mente algo más, te aporta humildad y te hace cuestionar las cosas... Rafa un abrazo, y te digo lo mismo que le he dicho a Ciberculturalia, que espero que esto tenga continuidad.
Andamos intercambiando relatos de nuestros viajes este verano y eso nos permite multiplicar nuestro conocimiento. Gracias, Rafa, por el tuyo. Ya visité a Carmen y me encantó su reportaje, que es complementario a este, y las fotos que colgáis ambos.
Es otro mundo diferente al que yo he visitado, pero ambos a la otra orilla, ese “nuevo mundo” tan dispar e injusto.
Saludos
Gracias por compartir tus impresiones de este bello país y me alegra que hayais disfrutado tanto.
Un saludo.
Un buen ejercicio el contrastar las crónicas de dos magníficos escritores y fotógrafos. Así da gusto vivir un viaje.
María, el fin de semana próximo continuaré. Besos.
Mónica, es un país que vale la pena. Besos.
Genín, me alegro de haberte recordado otros tiempos.
Felipe, si le dejan a Correa podrá hacer que este país despegue, aunque sea poco a poco. Es mucho lo que hay que hacer.
Paco, es verdad, es un aeropuerto peligroso, está dentro de la ciudad. Están terminando el nuevo aeropuerto que se inaugurará en unos meses.
Carmen, ya veo que eres una viajera infatigable. No seré yo el que diga que no. El futuro está por escribirse. Besos y risas.
Ramón, la altura afecta a algunas personas. La verdad es que no ha sido nuestro caso. Aunque hay que tener cuidado y no hacer esfuerzos.
Antonio, tú lo has dicho, tan dispar e injusto, pero sin duda, tan peculiar y maravilloso.
Dean, sí, la verdad es que hemos disfrutado.
Magco, bienvenido a Kabila, me alegro que te haya gustado.
Salud y República
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