La Botella me registra la basura

Yo francamente, qué quieren que les diga, estoy acongojado. Me acabo de enterar de que la ínclita Ana Botella de Ánsar nos va a registrar el cubo de la basura. Y es que no vivo en mí.

¡Cuidadín!, ¡cuidadín!, madrileños conciudadanos todos, que esta buena señora --lo de buena es en sentido figurado-- encuentra y ve cosas muy raras. Y claro la cosa nos puede pasar factura. Que ponga una multa por no separar los residuos, bueno, pero ¿y si encuentra cosas de las suyas?

Ojito al parche que no es moco de pavo. Mira que si ve trituradoras de fetos, o encuentra pobres fetos de siete meses por ahí perdidos.  O si le da por encontrar peras y manzanas juntas. Aunque lo más grave es que encuentre algo como su Ánsar, imaginan ustedes que en el contenedor hubiera varios seres de esa misma especie. Sólo ella sería capaz de encontrarlos y de reciclarlos.

Así es que, ya les digo, estoy en continua alerta. Ahora miro de arriba a abajo todo lo que tiro a la basura, la vacío, la palpo, la vuelvo a recoger y la cierro con precinto, a ver si el vecino me mete algo raro. Después la guardo en la caja fuerte hasta que, con mi rottweiler y dos guardaespaldas, voy a llevarla. Miro a un lado y a otro, la tiro y cierro el contenedor.

Puaff, menos mal que no me ha visto la Botella. Otra vez que me he librado.

Salud y República