Partamos de la base de que no soy nacionalista. Pero también quisiera dejar claro que por encima de mis esencias está el respeto que tengo a lo que decida la mayoría y que la participación popular sea lo más extensiva posible.
Una vez expuesta la premisa anterior me gustaría expresar mi perplejidad al ver cómo se supeditan cuestiones de principio a intereses ideológicos partidistas. En temas relacionados con nuestra justicia ocurre a menudo.
Leo con sorpresa la noticia de que el Tribunal Supremo ha autorizado la celebración de una consulta popular que había denegado el Consejo de Gobierno. Se trata de una consulta para aprobar el PGOU de Almuñecar.
Como todos sabemos hace casi un mes el Tribunal Constitucional declaró que era inconstitucional la ley del Parlamento Vasco para convocar un referendo sobre las relaciones futuras con España. La medida había sido recurrida --por el Gobierno y el PP-- en consideración a que en la Constitución la prerrogativa de convocar referendos está reservada al Gobierno Central.
En menos de un mes qué ha ocurrido, que gracias a dos grandes instancias de la Justicia, resulta que los Gobiernos Municipales pueden convocar y una Comunidad Autónoma no.
Y esto, que ya de por sí parece grave, es curioso que haya sido aceptado de buen grado por el Gobierno, que estaba satisfecho en el caso del País Vasco y no ha hecho declaraciones en el de Almuñecar. Y voy más lejos, los medios de comunicación, salvo los de izquierda radical, los comentaristas o tertulianos de la radio o la televisión, (todos los que visto u oído) se han declarado gozosos a favor de la primera sentencia, sin hacer juicios sobre la segunda que, en principio, está en contradicción con la primera.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué esa doble vara de medir? ¿No tendrá que ver el contenido político? Mientras que la relevancia de la consulta en un Plan de Urbanismo es limitada, promulgar un referendo para consultar a los vascos cómo quieren ser gobernados es para todos ellos una barbaridad. "Está en juego la unidad de la patria". Eso sí, escondida en que sólo el Gobierno Central puede convocar referendos, y no las Comunidades Autónomas. Ahora ya se ha creado un precedente para que sí se pueda en los Municipios.
Otra de las cuestiones que han salido a la luz es que el tema vasco afecta a todos los españoles y no sólo a ellos. Pues miren, si eso fuera así, no entiendo por qué una posible tropelía urbanística en una zona de España no afecta a todos los españoles y, por tanto, todos tendríamos que votar ese PGOU.
Lo que ocurre es que se juega con las emociones de forma descarada para diferenciar ambas cuestiones cuando las dos tienen la misma base jurídica.
No se puede discriminar a una parte de la ciudadanía un derecho como es el de participación y de libertad de expresión, que sin embargo se le concede a otros. Por cierto, a lo mejor el Tribunal Supremo ha servido para que el referendo se pueda hacer pueblo a pueblo, en vez de en toda la Comundad Autónoma Vasca.
Salud y República
6 comentarios:
Pues ya lo dices tu todo...
pues yo animaría a todos los vascos que lo convocasen ciudad por ciudad y pueblo por pueblo nada más que por ver la cara de algunos patriotas.
El Canuit
Hola D. Rafael. A mi todo esto me parece muy bien, pero que los vascos merced a unos fueros feudales, no colaboren con el rescate del sistema financiero, como el resto de habitantes de el actual estado español, así como en el resto de contribuciones impositivas estatales en las que no participan me produce indignación. Porque pago el 16% de mis emolumentos, que ya vale, para solidarizarme con Expos, AVES , plataformas logísticas etc.
¡Autodeterminación y Republica Federal! ¡Perros del hortelano a Irán!
D. Sota, aporte usted algo, hombre, no se corte.
Amigo Canuit, sería divertido pero me temo que no se permitiera.
Guanarteme a mí tampoco me gusta la discriminación que significa el cupo y el concierto económico. Precisamente ocurre en dos comunidades que son de las más ricas. Y todo por razones de historia. Como si los demás no tuvieran historia. Y ya que usted lo dice yo también le diré que soy federalista convencido.
Salud y República
En Barcelona el ayuntamiento también está preparando un referéndum para decidir el trazado del tranvía que debería recorrer la Diagonal.
Desde luego, dudo que a un señor de Lugo -con todos mis respetos- le importe un pijo este asunto.
El referendum en Euskadi -donde se decide algo mucho más importante que una cuestión de transporte- afecta a los vascos y tienen todo su derecho a hacerlo.
Otra cosa es la oportunidad del momento, ya que con una banda terrorista presionando, coaccionando e incluso matando a quienes se oponen a sus postulados, no parece que se den los requisitos para una consulta en libertad.
Por tanto, que acaben primero con ETA y que después planteen todo cuanto deseen.
Pienso que es un absurdo que no se puedan hacer referendums allí donde los necesiten, es la manera más democrática de oir la voz de los pueblos, encima nos cuentas esta historia la cual desconocía de doble vara de medir pues creo que ya es el colmo.
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