Manuel Puig fue un escritor argentino de primera magnitud, pertenece a lo que se ha dado en llamar el pop-art. Fue un gran amante del cine, de hecho llegó a codirigir alguna película y son varios sus guiones escritos y las novelas llevadas a la gran pantalla. Su primera salida al extranjero fue a Roma a estudiar, gracias a una beca, en el Centro Sperimentale di Cinematografia. Tiene varias novelas, además de la tratada, muy conocidas como Boquitas pintadas, El beso de la mujer araña, Pubis angelical, Cae la noche tropical. La que le hizo famoso fue Boquitas pintadas, pero la más conocida es, sin duda, El beso de la mujer araña, novela llevada al cine con gran acierto.
La novela The Buenos Aires affair la escribió en 1973, estuvo prohibida en Argentina y le costó al autor constantes amenazas que le hicieron exilarse a México, donde se estableció hasta 1978. Después vivió en Nueva York para instalarse definitivamente en Río de Janeiro en 1981, donde residió hasta 1989 que volvió a México. Un año más tarde murió en Cuernavaca a los 57 años.
Para mí el descubrimiento, allá por los ochenta, de El beso de la mujer araña fue un revulsivo. Me impulsó a leer todo lo que había publicado Puig. Y encontré una variedad de temas y de técnicas literarias que hablan de la gran versatilidad del autor, que sin ceder un ápice en su calidad, demuestra cambios sustanciales tanto en el contenido como en la forma.
Y ahora vamos con el retazo de la semana:
Entonces dieron las diez. Subí hacia el edificio de telégrafos. Se había abierto un poco, tal como habían dicho. Fui a un rincón y volví a sacar el telegrama, para cerciorarme. Mientras lo estaba mirando, entró un informe. Había subido dos puntos. Todos estaban comprando. Lo deduje por lo que decían. Subiéndose al carro. Como si no supiesen que sólo podía ir en un sentido. Como si hubiese una ley que prohibiese no comprar. Bueno, supongo que los judíos del Este también tienen que vivir. Pero maldita sea si no hay que fastidiarse cuando cualquier extranjero de mierda que no sabía ganarse la vida en el país donde Dios le puso, puede venir a este y llevarse el dinero de los bolsillos de los norteamericanos. Había subido dos puntos más. Cuatro puntos. Pero, qué demonios, ellos estaban allí y bien que sabían lo que estaba sucediendo. Y si yo no iba a seguir sus consejos, para qué les estaba pagando diez dólares al mes. Salí, entonces me acordé y regresé y envié el telegrama.
Pues ya está. Queda pasado el testigo. Seguro que lo aciertan. Anímense y jueguen.
Salud y República
1ª Pista, 22:00h: Hombre, norteamericano, muerto. Fue también poeta y se le considera un experimentador con el lenguaje.
2ª Pista, 07:20h: Recibió el premio Nobel y años más tarde el Pulitzer.
3ª Pista, 18:10h: La novela se publicó en 1929.
17 comentarios:
A morir por Dios, nada de nada...me veo venir a Don Angel o a Doña Aída, ganando y vacilando al personal....me viene a la cabeza la hoguera de las vanidades de Tom Wolfe, por el rollo Wall Street que emana el escrito, pero me descoloca el telegrafo...esta novela ya es de la época digital.
Nada , que un placer saludaros a todos y me toca palmar...( Dani, Dani, cuando dejarás de leer rollos de época y leerá cosas de intelectuales, cachís...)
Un abrazo
Gracias, padre, por poner algo más acorde con mis gustos y estudios.
Hay pocos hombres capaces de provocar al lector de una manera tan cabrona. Y uno de ellos es Miller.
Y sólo uno, que yo recuerde, trabaja en una compañía de telégrafos. Y eso es en
Trópico de Capricornio.
Gracias, daddy, aceptaré uno difícil en la próxcima terapia.
Buena tarde.
Seguiré el método deductivo de Augusta, que a todas luces se ha demostrado muy eficaz.
1º. Está narrado en primera persona. Sin duda el autor es alguien que se gusta mucho a si mismo y está encantado de haberse conocido. La novela tiene algo de autobiográfico, fijo.
2º Por el uso de frases breves y de perífrasis metastásicas coloquiales el autor es español, de Madrí pa' más señas.
3º Es alguien que conoció (o conoce) bien de cerca el mundo de las finanzas, las stock option y los pelotazos varios.
Fácil, muy fácil esta vez. Se trata de "El inversor no tiene quien le escriba." de Juan Villalonga Navarro.
¡Hale! Y ahora para no variar que pase la Almazanita y que lo acierte. Que estoy seguro que en estos precisos (y preciosos) momentos se está acabando de leer la novela de marras.
Un saludo.
Próxima, quería decir, próxima, es que he escrito rápido para que no me lo pisara el del teléfono lacrimógeno.
Salu2.
Cielos Almazanita, no das tregua. Ni siquiera me has dado tiempo para poner mi estupidez semanal.
Jajajaja!!!
Adoro estos "momenentos" dominicales.
¡Que horror! Hoy se ve que el Tour de Francia y el Nadal que va a venir y la selección de hockey y... Todos esos triunfos patrios han aguado las seseras. Si no fuera porque este espacio, aunque ustedes se empeñen, es bastante serio, diría --de hecho me apetece-- que ha acertado el Barón Adanero, pero mi conciencia literaria no me deja bromear con estas cosas tan serias.
Por cierto, mi querida Augusta, no es Miller. Ha caído usted en la trampa. Y menos confianza que es eso de Gracias daddy, aceptaré uno difícil en la próxima terapia. Usted sigue jugando hasta que acierte. Pues sólo faltaban chulerías. ¡Vamos hombre!
Salud y República
¡Coño, me he colao, y yo que iba toda chula!
Ay papi, el daddy es culpa de Adanero Adonis, que se me ha quedado por el vídeo que ha puesto en su entrada.
Pues hale, que lo diga Adanero sin bromas, que me voy con la cabeza "gacha".
Otra vez será.
¡Qué disgusto más gordo, madre!
Buena tarde
Almazán no es el deporte, son las siestas dominicales que a veces tienen efectos perversos.
Como veo que su vástaga no ha acertado seguiré con mis deducciones "agustinianas" (de Augusta Monroe, no de San Agustín que le veo venir).
1º Lo de las perífrasis metastásicas coloquiales atribuibles a un madrileño puede valer también para alguien que lleve un tiempo viviendo en el Foro aunque haya nacido en Córdoba.
2º Compañía de telégrafos, compañía de telefonía, sin duda es alguien que conoce de cerca el mundo de las telecomunicaciones.
3º Y la pista más relevante sin duda es esa proximidad al mundo de las finanzas y del capital.
Nuestro Antonio Rodríguez ha escrito algún libro ¿cierto? Ahora el título se lo dejo a la Ondina ondeante.
Y si, esto es muy serio. Pero que nadie diga que la literatura es aburrida.
Saludillos "daddy".
Jajajaja!
Oye, nene, al final te acabo poniendo yo la alfombrilla del baño y tocándo las palmas.
Estás sembrao, majo, menudo rato de risas me estoy pasando.
Oye, daddy, se me ocurre que hagas una de esas entradas semanales que haces tú tan rebien, poniendo los mejores comentarios de la semana. Algo así como un "zapping" bloguero.
Oye, que no es broma, eh, eso sería el "requetete".
Madre mía...
Buena tarde, daddy y daddito.
Que sepan la ondeante ondina y el Adanero Adonis que por separado son Vds. un encanto, pero juntos en la terapia del domingo, no hay dios que los aguante...
¡Jajaja, qué mala es la envidia..!
¿Faulkner?
Y me voy a la cama que ya comienza el día. Esto último no es el título, que conste.
Buenas noches/días.
Finalmente, el Sr. Barón acaba de acertar el autor. Faltaría que alguien identifique la novela --¡Identifíquese usted, novela!--
Por cierto, Sr. Adanero, ¿Qué horas son estas de irse a la cama? ¡Qué vergüenza! en Valladolid también hay botellón.
Salud y República
Oh Dios...yo de Faulkner me he leído solo dos..."los rateros" y "la paga de los soldados", y le diría que no es ninguna de las dos, ...
quizás es alguna de las más conocidas o consagradas, pero en es caso que la acierte el Barón Pucelano, que es el que ha abierto la puerta.
Hala, venga, que ya estamos a lunes
Un abrazo a Don Rafa y Parroquianos
A ver a ver don Rafael, que a mí Faulkner me da un miedo...
Lo que ocurre es que esta vez las mentes acertantes han pasado a otra cosa mariposa, y me da no sé qué que el premio se vaya a quedar medio desierto (interesadilla que es una).
Lo cierto es que yo me lío con la obra de Faulkner, mucho además; como los escenarios se repiten a veces me cuesta diferenciar unas novelas de otras (tampoco he leído tantas). Y por un pedacito tan pequeño...
Menos mal que como las visitas se han ido no haré mucho el ridículo.
Apuesto por
Sartoris (la que luego daría lugar a Banderas sobre el polvo). O
puede que, tal vez, El sonido y la furia, pero yo diría que es posterior.
Bien, de puntillas y con todas las reservas del mundo. Ahí se lo dejo don Rafael...
Porque es Vd., que yo en esta terapia fallo más que una escopeta de feria y cuando me entero del resultado me digo: "Pero si yo esto lo he leído..."
En fin, don Rafael, un placer y un abrazo. A no ser que por casualidad acierte, no se moleste en decirme nada.
Un abrazo
Querida Condesa, me ha deslumbrado usted. No porque haya acertado el título, sino porque estoy seguro de que su modestía le hace no entrar antes para que sea el pueblo llano quien se lleve el triunfo. En el fondo tiene usted un buen corazón, aristocrático pero bueno.
Si alguna vez le he confesado mi admiración, y algo más --¿o eso se lo dije a Fasolt?, no recuerdo. Por cierto ¿cómo está?-- no ha sido en vano. No sólo ha sido por su belleza, me cautiva además su intelecto, aunque comprenda que usted lo haya tenido más fácil con su institutriz personal.
Y voy al grano, usted ha acertado, sin embargo, al decir El sonido y la furia he comprendido que usted lo debió leer en versión original (el título es: The Sound and The Fury) puesto que el título con el que se ha traducido al español ha sido: El ruido y la furia. O quizás le venga esa tradución de un verso de Macbeth, de dónde realmente procede.
Bueno, pues finiquitado el asunto, usted se ha llevado la media botella de lejía. La otra media ya se la he mandado al Barón Adanero por correó certificado. Dígame usted cómo prefiere recibir el premio.
Sigo, insistentemente, besando sus manos y sus pies.
Salud y República
Querido Rafael
Confía Vd. más en mi intelecto de lo que debería. Leí la obra hace tiempo y la leí en español (mi inglés no da para muchas alegrías), lo que ocurre es que se me contaminó el recuerdo con el título original que sí he visto luego reflejado en muchos sitios.
Sigo insistiendo en decir que me lío con las obras de Faulkner porque es rotundamente cierto.
Acepto encantada la media botella de lejía (siempre que no tenga que bebérmela). Aunque me pegue a menudo con el señor conde (cosas de la nobleza), para mí es un placer tener un premio ex-aequo con uno de los reyes de esta sección (pero que no se entere que luego se crece).
Fasolt sigue todavía pachucho. Cuando ya pensamos que está mejorando de verdad, le vienen unas extrañas recaídas de suspiros y astenias que lo vuelven a postrar. Yo confío no obstante en que conseguirá remontar esta mala racha.
No sabe cómo le agradezco siempre sus palabras.
Yo también lo admiro mucho pero sobre todo me considero privilegiada por contar con su afecto.
PS reitero lo dicho en su entrada de hoy. Me ha encantado el post de Buñuel.
Publicar un comentario