Hacia un Estado Nacional-Católico

Pues sí, el PSOE va a pedir al PP una reformita de la constitución. Se refiere al tema de la sucesión de la corona (¡Viva la futura reina Leonor!) y a las funciones del Senado. Naturalmente se ha de hacer entre los dos grandes partidos, los demás son meros comparsas.

Como quiera que esto es serio y el melón de la constitución no se abre cada dos por tres, yo me voy a permitir sugerir que se toque otro tema. Les aseguro que la única pretensión es actualizar en la ley lo que viene siendo consuetudinario. Ni más ni menos. O sea no vamos a tratar si se debe ir al Estado Federal, si se debe facilitar una nueva ley electoral más justa, si debe haber un referéndum para la forma de Estado o de la posibilidad de un Estado Laico. Nada, todo eso son zarandajas. Y además no responden a la realidad.

Hoy privan cosas mucho más importantes. Por ejemplo, en Zaragoza una moción a favor del laicismo presentada por el colectivo MHUEL (movimiento hacia un Estado Laico) y apoyada por IU y la Chunta ha sido votada en contra por el PP, el PSOE y el PAR. Era natural. Como era natural, en el pleno municipal cuando presentaron esta moción, todos los concejales de estos tres partidos se marcharon, pobrecillos les entraron ganas de vomitar. ¡Mira que pedirles que cambiaran el Reglamento de Protocolo para que en los actos oficiales solemnes, casi todos de carácter religioso (Rosario de Cristal, Corpus Christi, Procesión Viernes Santo, etc.), los miembros de la corporación no fueran representando a la institución! ¿A quién se le ocurre?

Lo cuenta muy bien mi amigo Antonio Aramayona aquí, y es que además, como debe ser –ya sabemos que lo de estado aconfesional es un mero formulismo--, el Sr. Belloch, aquel famoso ministro del gobierno de Felipe González y hoy alcalde de la ciudad, ha sido muy claro al respecto: “Mientras yo sea alcalde este crucifijo presidirá los plenos”, ¡toma ya! No sólo le gusta más ir abriendo procesiones y ceremonias religiosas que a un tonto un lápiz, además cada vez que hay pleno hace llevar el crucifijo de su despacho al salón para que presida dicho acto. ¿Hay algo más bonito y constitucional que represente a un estado confesional que este emotivo homenaje? Ahora entiendo muy bien lo de prometer los ministros la Constitución con el crucifijo en la mesa. Es norma general. Pero hombre, Sr. Bellocq, cómprese otro crucifijo, o mejor que se lo regale el señor obispo ahora que va a recoger el aumento del IRPF que ustedes les han regalado; no vaya a ser que se le rompa en el traslado.

El aborto no se toca, ya lo han dicho el Presidente y la Vicepresidente. La eutanasia no está en el programa. No se van a revocar los Acuerdos con la Santa Sede. Y yo me pregunto, ¿Por qué ahora que se quiere reformar la constitución, en un alarde de valentía y veracidad, no se dice que España es un Estado Nacional-Católico? ¿O es que no estaría más cerca de la realidad?

Empecemos a quitarnos la careta, que ya toca.

Salud y República