La
intervención no podía empezar de forma más privilegiada. Rajoy ha entrado en la
Audiencia Nacional por el garaje --para evitar que la gente le pudiera
criticar-- algo que está prohibido a los testigos de un juicio, el presidente
del Tribunal ha salido a recibirle, algo inaudito que no se hace con los
testigos y, para colmo, se ha sentado encima del estrado, a la altura del
Tribunal, evitando colocarse donde normalmente se sitúan los testigos y los
imputados. Está claro que aunque venía a testificar como Presidente del PP, le
han hecho honores indebidos de Presidente del Gobierno.
Para
comenzar no está mal. Cualquiera diría que era ‘il capo’ y no un testigo.
Después se ha encontrado con dos defensores de primera división. Uno, el
abogado de Bárcenas, que, por lo que se ha visto, se ha convertido en abogado
defensor de Rajoy y ha tratado de boicotear la intervención del abogado
denunciante con interrupciones constantes. Y, dos, el propio presidente del
Tribunal que ha permitido ciertas chulerías a Rajoy y ha declarado
impertinentes las preguntas que podían poner en un brete al presidente del
Gobierno.
Así se las
ponían a Fernando VII. Entre estos privilegios, sus amantísimos defensores y su
ignorancia sobre los temas que le podían poner en un brete, se ha desarrollado
la intervención de ‘il Capo’.
Miren
ustedes, hay mucho que comentar sobre esta actuación de Rajoy, pero yo me
quedaría con algo tan obvio que no entiendo porque no han profundizado en ello
los abogados acusadores o la fiscal. Y es su repetido frase: ‘yo no me ocupaba
de las finanzas’ o ‘no era el responsable de las cuestiones económicas’.
Vamos a
ver, ¿desde cuándo un presidente de una entidad –sea la que sea-- no conoce nada de las finanzas o no se ocupa
nunca de la parte económica? ¿Acaso un director de una campaña electoral no
sabe cuál es su presupuesto para gastar, como ha manifestado? Esto nos lo dice
un tipo que basa todo su triunfo político como presidente del Gobierno en las
medidas económicas tomadas. Un personaje que presume de habernos sacado de una
crisis económica. Un elemento que se ha pasado los últimos seis años hablando
de la economía del país.
O sea, a la
conclusión que me lleva es que siendo presidente del Gobierno tiene como
prioridad las cuestiones económicas –de ahí los recortes, los presupuestos
inmorales, las decisiones que han provocado desigualdad--, mientras que, sin
embargo, como presidente del PP no tiene responsabilidad ni sabe nada sobre las
finanzas del partido. ¿Es que puede haber alguien que se trague esto? ¿Acaso
es, según donde actúa, el Dr. Jeckyll o Mr. Hyde?
Es,
simplemente mentira, como casi todo lo que habla. Ha sido un espectáculo
denigrante, donde Rajoy ha tratado de no salir trasquilado para su gente,
aunque para los demás haya dejado un rastro apestoso que confirma su
implicación en la corrupción de su partido. Si tuviera un mínimo de decoro o
viviera en otro país europeo, hoy –aunque antes también lo tendría que haber
hecho— debería dimitir. Claro que sus queridos votantes y Ciudadanos –su
partido B-- le ayudan a mantenerse vivito y coleando, aunque de cara a la
galería echan pestes. ¡Hipócritas!
Salud y
República
1 comentario:
Pues ahí lo tienes, de nuevo se sale con la suya haciendo a los demás tururú, y a seguir gobernando en minoria, jajaja
Nunca pensé que iba a decir esto, pero teniendo en cuenta los políticos que tenemos, de cuarta categoría y que persiguen el poder, este tío me empieza a caer bien...jajaja
Salud
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