Tenemos una Unión Europea lejos de ser lo que nos dijeron y
suponíamos. Una Europa incapaz de actuar como una verdadera unión en beneficio
de los pueblos, y no de los bancos y las transnacionales. Una Europa donde se
mercadea con las personas y donde la solidaridad ha quedado olvidada. Una
Europa que practica políticas económicas, donde el Norte, con Alemania a la
cabeza, actúa de sanguijuela del Sur y donde las desigualdades cada vez son
mayores.
Una Europa donde crece el fascismo y la ultraderecha y donde
se dan como soluciones únicas las que ofrece el neoliberalismo despiadado que
beneficia a los más poderosos.
Una Europa egoísta, que actúa con sus naciones como reinos
de taifas que defienden sólo sus propios intereses, donde predomina la
mezquindad sobre la solidaridad, el dinero sobre las personas, lo económico y
financiero sobre lo político.
Hoy más que celebrar habría que lamentar el día de esta
Europa. La unión política que propusieron los padres de esta Europa, allá por
los años sesenta del siglo pasado, ha quedado apartada para dejar paso a la
ignominia actual, un conjunto de Estados cuyas pretensiones individuales se
anteponen a las colectivas, donde los fuertes se imponen a los débiles.
Son varias las claves que nos alejan, cada vez más, de una
posible Europa justa, de una unión política del continente. Como ejemplo pondré
tres muy importantes:
La política económica
dentro de la Unión.
Una política que nos
ha llevado a un desajuste bestial y que ha provocado una desigualdad cada vez
mayor entre los países poderosos y los débiles. Grecia, Portugal, Irlanda y
España han vivido y están viviendo una política de ajustes que está haciendo
que el Estado del Bienestar se convierta en el del Malestar. Todo ello empujado
por Alemania y los otros países más ricos que imponen una política de recortes que
sólo les beneficia a ellos y a sus bancos, cuando estos países son, en gran
parte, responsables de la situación económica global.
La política económica
fuera de la Unión
Mientras se trata de
expoliar a países más pobres, africanos, iberoamericanos o algunos asiáticos,
se intenta imponer el famoso TTIP (Tratado Trasatlántico Comercial). Se trata
de un acuerdo entre Europa y EE.UU. que se está negociando de forma opaca y
cuyos efectos pueden ser demoledores. Entre otras lindezas, las condiciones
pactadas (neoliberales) tendrían valor por encima de las leyes de los distintos
países. Además las posibles discrepancias entre los distintos estados se juzgarían
por instancias arbitrales privados, lo que supone una privatización de la
justicia. Un tratado que puede actuar como caballo de Troya.
La política
migratoria
Una política que se
ceba con los inmigrantes que pretenden, bien por cuestiones políticas o por
cuestiones vitales, llegar a Europa para salvar su vida. El último episodio
gigantesco es el de los refugiados sirios y afganos. Hoy, el Mediterráneo se ha
convertido en el cementerio particular de estos infelices que tratan de escapar
de la guerra. La Unión Europea trata de evitar esta inmigración, contraviniendo
la carta de derechos humanos, mercadeando con Turquía, y mientras olvida la
ayuda a Grecia –la nación que más está sufriendo las equivocadas políticas de
Europa y que más está soportando la entrada de refugiados— y vende “seguridad y
tranquilidad” por millones de euros a Turquía, país que no es precisamente un
modelo en los DD.HH. Los refugiados se cuentan por millones y mientras en
Europa se cierran las fronteras. Se hacen repartos teóricos insuficientes de
inmigrantes y que además no se cumplen (el caso de España es “ejemplar”:
debería aceptar a 16.000 refugiados y hasta hoy ha acogido a 18).
Esta es la Europa que quieren que celebremos. Una Europa que
hay que lamentar. Una Europa de donde quiere escapar el Reino Unido (y eso que
su política económica es independiente y ha sido más eficaz), y donde crece día
a día el rechazo de la ciudadanía de muchos de sus países. Una Europa que si no
cambia –y es poco probable— está condenada a fracasar y a hundirnos en la
miseria económica y moral.
No, que no cuenten conmigo para celebrar el día de Europa. Hoy
es el día para lamentar esta Unión miserable e interesada.
Salud y República
2 comentarios:
Bueno, esto siempre ha sido una asociación de mercaderes y si no pueden chupar algo y a corto plazo por si se jode la unión, no hay interés ninguno, ni un poco de petroleo ni ná, que se jodan!
Salud
Efectivamente , es lamentable esta celebración , cuando como tu dices, todo es en beneficio de los mas beneficiados y valga la redundancia . Y lo mas lamentable es que hay una convocatoria para denunciar este abismo que nos separa y la participación es poquísima , ....convoca una mani para celebrar el triunfo de algún partido de futbol, veras ,como van los borregos .
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