Hablo, naturalmente de Nicolás Gómez Iglesias, conocido como ‘el pequeño Nicolás’, ese muchachote de veinte años que lleva llenando páginas de prensa escrita y horas de radio y televisión por sus supuestas intermediaciones políticas y financieras.
Algo hay que no se puede negar, se relacionaba con gente influyente, la prueba: esa cantidad de fotos donde figura con lo más chic de la política y de las altas finanzas. Y ahí le tienen ustedes con Aznar, Botella, Aguirre, Cospedal, Rajoy, Florentino Pérez, Arias Cañete, Arturo Fernández, Juan Rosell, Rodrigo Rato, etc.
Bueno, pues a pesar de las pruebas fotográficas ahora parece que no le conoce nadie. Todo el mundo niega al pobre Nicolás. Y sin embargo ahí está, con algunas pruebas y con muchas afirmaciones no confirmadas.
Por mucho que lo nieguen hay constatación de que habló con el rey Juan Carlos. Como lo hay de que el seudo-sindicato Manos Limpias le contactó y de que tuvo contactos con Oriol Pujol, de que conocía bien a la familia Aznar y a Ignacio González y su familia. Y de que asistió a la coronación de Felipe VI.
Es verdad también que se le ha visto y filmado con escolta de la policía municipal de Madrid. Como lo es que tuvo contactos con el exministro Moratinos sobre cuestiones en Guinea Ecuatorial.
Pero el bueno de Nicolás dice cosas graves con una levedad pasmosa, como si de beber agua se tratara. Y da datos (falsos o correctos) de su acercamiento al poder.
Dice, por ejemplo, que llamaba Jose a Aznar, a petición de éste. Que asesoró a Ana Botella porque es muy mala alcaldesa y necesitaba ayuda. Que celebró su último cumpleaños en el ático de Marbella del Presidente de la CAM, Ignacio González (Nacho para él). Afirma que perteneció al CNI. Que, también, ha participado como intermediario en negociaciones sobre el tema catalán, sobre Eurovegas o sobre la imputación de la Infanta.
La cuestión es, ¿alguna vez se sabrá la verdad del pequeño zar Nicolás? Porque es difícil pensar que el PP pudiera confiar en un tipo como el pequeño zar para ayudarles a conseguir sus objetivos en Eurovegas, Cataluña, la imputación de la Infanta, etc.
Ahora bien, ¿es posible que un joven de veinte años sea capaz de haber llegado a las altas esferas de la política pepera, de los empresarios o de la Casa Real, sin ninguna ayuda de algún personaje muy poderoso?
La verdad es que en un país donde Roldán llegó a director general de la Guardia Civil, Ana Botella a alcaldesa de Madrid, Rajoy a presidente del gobierno con un programa lleno de mentiras, y el partido del gobierno se financia de forma ilegal, no debería extrañarnos que surjan personajes como el pequeño Nicolás. Un zar en toda regla, que o ha sido aleccionado para actuar en las altas esferas o que ha conseguido engañar a los popes de este país, con una sencillez que pasma. O son tontos o son villanos. Y quién sabe si no son las dos cosas.
Salud y República
P.D.
ADIVINA, ADIVINANZA
¿Quién es el individuo que aparece a la izquierda del pequeño Nicolás, en la foto?
3 comentarios:
Ya por el hecho de que se esté hablando tanto de él, demuestra al menos, dos cosas: una que es inteligente y astuto, dos, los estamentos del poder no son inexpugnables. En ambos casos, es vergonzoso que haya podido estar donde dice haber estado.
Un abrazo.
P,d
te invito formalmente para participar de la tarjeta navideña de este año http://neogeminis.blogspot.com.ar/2014/11/tarjeta-navidena-2014.html
Por todo lo que he visto y leido, el chaval es un tío inteligente con cara de granito...
De los demás se puede esperar cualquier cosa...
Salud
Pues a mí me parece que parte del asunto radica en la pasmosa incultura del sujeto, en esa impresión que tiene la gente más joven, y a la vez más iletrada, de que las apariencias lo son todo. No tenía base para ser importante, pero como salía en las fotos y se codeaba con el poder, él ya se creyó el rey del mambo.
Yo veo clarísimo que fue utilizado. En un panorama tan corrupto como estamos viendo se necesitan recaderos a los que usar y desechar cuando convenga. Él traía y llevaba, pero estaba convencido de que estaba decidiendo.
Acabará muy mal, a no ser que le venga un golpe de suerte y ascienda de verda, entonces el universo nos pille confesados porque, tal como le han enseñado, es un as en pasarse la legalidad por el forro de la chaqueta.
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