Luego dirán que la corrupción no está extendida. ¡Qué tristeza! Sabíamos lo de su familia, sus hijos y sus enjuagues y chanchullos. Pero él, que siempre había tratado de presentarse como un hombre discreto, humilde, con sentido de estado, envuelto por esa cordura y sensatez llamada seny, hoy ha demostrado que también le gusta jugar al monopoly en paraísos fiscales.
Durante 23 años presidió la Generalitat bajo una aureola de valores y principios morales que construyó con exquisita brillantez. Pura apariencia que hoy ha quedado totalmente resquebrajada cuando se ha descubierto el pastel.
Sabíamos por sus propios escritos, allá por 1976, que sus principios eran falsos. Un hombre que quiso construir su catalanidad sobre la base de una supuesta inferioridad de otras regiones, recordemos lo que dijo del andaluz, entre otras lindezas: “El hombre andaluz es un hombre poco hecho que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y miseria cultural, mental y espiritual”.
Conocimos el caso Banca Catalana donde aparecieron en una caja B, 500 millones de imaginarios beneficios que se repartían, y de la que había sido dirigente el presidente Pujol. Un caso que quedó sobreseído, pero que dejó más que sospechas de la participación del President.
Sin embargo, Pujol, reinó durante 23 años y consiguió terminar entre pañales, intacto y con una buena imagen. Hasta el 25 de julio de este año, que se vio obligado a denunciar su propio fraude, forzado por los descubrimientos de la Agencia Tributaria.
Hoy sabemos que tiene diversas cantidades de dinero, sin regularizar, repartidas en diversos paraísos fiscales. Y aunque no se sabe la cantidad exacta no parece que sea una minucia. Según dice el interesado no ha encontrado en 34 años el momento para regularizar su situación. Pobrecillo, y es que 34 años no es nada, a pesar de haber habido durante este tiempo tres amnistías fiscales.
En otros tiempos atacar, criticar o no estar de acuerdo con “el honorable” era estar en contra de Cataluña, hoy sabemos, afortunadamente, que Cataluña no es Jordi Pujol. Y que el seny catalán del que presumía este personajillo no era sino una careta que llevaba puesta durante su regencia, de forma indigna e irrespetuosa, bajo la que se ocultaban 34 años de fraude.
Los catalanes deben descabalgar a Pujol de esa estatua donde lo tienen, bajarle a tierra y desposeerle de esas medallas honoríficas que muchos le atribuyen. No puede ser honorable quien ha cometido fraude y lo ha mantenido a conciencia –dice no haber tenido tiempo— durante 34 años.
Otra cuestión es la procedencia de ese dinero. Pujol dice que proceden de una herencia de su padre, pero parece que no todo el mundo piensa lo mismo, un ejemplo claro es lo que dice la exnovia de su hijo. No basta con que haya pagado dos millones de euros, y parece que pagará otros tres más próximamente, hay que investigar la procedencia de ese dinero que tiene en los paraísos fiscales.
Cataluña puede seguir diciendo que le roban desde España, pero debería pensar primero en que le roban sus propios gobernantes, el caso Banca Catalana, el caso Palau, los casos de la familia Pujol y otros cuantos son un ejemplo de que también en Cataluña hay ladrones de guante y cuello blanco.
Mientras Artur Mas mira a otra parte y habla de que se trata de algo particular. Pues que quiere que le diga, sí que es particular, tan particular como que estas cantidades las ha mantenido ocultas durante los años que ha gobernado y siendo lo que ha sido y hoy sigue siendo: Presidente de Honor de Convergencia Democratica de Catalunya, partido que él creó.
Salud y República
P.D. En la foto, un pájaro de cuentas
1 comentario:
A mi no me ha sorprendido nada, está claro que desde hace muchos años ha usado su poder político para permitirse poner la porquería debajo de la alfombra y que nadie tirara de ella, ha sido uno de los políticos mas hábiles de este país, no solo de Cataluña, este ha sido menos claro que Zaplana que preguntado que porque estaba en política respondió sin dudarlo, "para medrar".
Salud
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