Nunca terminará de sorprendernos. Populachera, rancia, cavernícola y adalid de las privatizaciones en Enseñanza y Sanidad, la gran lideresa ahora se ha dedicado a hacer galas por municipios donde hay alcaldes peperos. Y no se corta un pelo. Porque si tuviera vergüenza no iría por Andalucía. Recordarán ustedes que a menudo llama a los andaluces: subsidiados, y que les ha ofendido también con aquello del pitas, pitas. Pero nada, ella es inquebrantable, le importa un pito lo que los demás piensen. Siempre tiene gente que le da cancha.
Ahora resulta que en Sevilla ha vuelto a ofender a otro grupo importante, en este caso el de los antitaurinos. Pero ella es así, y no se conforma con decir que le gustan los toros, no, tiene que denostar, insultar e injuriar a los que no nos gustan.
Porque han de saber ustedes que los que estamos en contra de la sangrante fiesta, lo estamos no por amor a los animales, ni por la crueldad que ellos representa, sino porque somos antiespañoles. Así lo ha dicho la lideresa. Y tan pancha.
Ahora como tiene poco trabajo busca de nuevo la fama populista y que hablen de ella, sea bien o mal. Para ello no duda en convertirse, al igual que la aceituna, en la española como ninguna y se dedica a repartir carnés de españolidad a su gente preferida, entre los que no se encuentran aquellos que no están de acuerdo con las corridas de toros.
O sea que ya saben ustedes para ser español lo primero que hay que ser es taurino. Punto y final. Requisito indispensable. Ahora bien, puedes aparcar en carril bus, largarte y huir de la policía municipal, incluso llevarte por delante una de sus motos y ser muy española. Baste con que te gusten los toros y si además eres del PP, miel sobre hojuelas.
Miren ustedes puedo entender, aunque no lo comparta, que haya gente a la que le guste esta fiesta, pero de eso a que sólo ellos sean españoles es un tremendo disparate. Por cierto, y por si no lo sabían, su padre tuvo una ganadería. Seguramente la tauromaquia es de las actividades más subvencionadas, pero claro eso a las neoliberalísima Aguirre no le importa, por eso no las recortan. Sólo le importan las subvenciones y ayudas a la dependencia, a los parados, a los agricultores, etc. O sea las que ha suprimido o recortado.
Y además no cabe ninguna duda de que cada vez son menos los cuidadanos a los que les gusta esa fiesta cruel y cavernícola. Basta ver las corridas que hay al año y las que había, o el espacio que dedican a los toros los medios de comunicación hoy, comparado con lo que lo hacían ayer.
Miren ustedes, a pesar de esta gentuza, a mí me gusta España, me gusta este país. Pero si de verdad ser español significa que hay que tener los valores de la Sra Aguirre, la torera, ruego a quien corresponda, que me borre. Prefiero cumplir las leyes –incluidas las de tráfico—, pagar mis impuestos y tratar de ser solidario a parecerme a la susodicha. Al fin y al cabo mis valores los elijo yo, mi patria me ha venido dada. ¡Que se quede con su España de charanga y pandereta!
Salud y República
3 comentarios:
Ni te molestes en escribir sobre esta tipa, no merece la pena...
Salud
Antiespañoles no somos los que estamos en contra de la tortura animal. Antiespañoles son todos los que como ella han llevado este país a la miseria.
Salud, República y Socialismo.
Esto no es otra cosas que lo de siempre, confundir a la Nación con ideas propias, festejos, banderas, y demás cosas que no son las señas de identidad, real, de un pueblo.
Así nos va como nos va, pobres durante siglos y divididos durante años.
Saludos.
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