Merkel, la teutona, cabalga de nuevo

Hoy se han celebrado las elecciones alemanas. No son unas elecciones cualesquiera. Ya sabemos quién manda en Europa y quién es el país que está estrangulando a los países PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España). Y ese país, el que nos está exprimiendo el jugo, es Alemania. Un país que actúa como dueño de Europa con un totalitarismo económico absoluto.

Los primeros sondeos dan como ganadora de nuevo a Merkel. Esa señora cuyo gran mérito, en Europa, ha sido impedir que el Banco Europeo actuara como un banco y permitiera machacar a los países con déficit y deuda altos.

Parece que no podrá hacer coalición con los liberales, puesto que estos se quedarán fuera al no conseguir representación, sin embargo no cambiará mucho el resultado, sea la composición de su gobierno la que sea.

Y es que hay gente, a mi modo de ver ingenua, que piensa que después de las elecciones la insolidaria Merkel podría cambiar de política económica, que aflojará la cuerda que nos está ahogando. No creo que sea así. Esta señora, al igual que su gobierno, y gran parte del pueblo alemán, han olvidado la quita de su deuda que les hizo –también España-- después de la segunda guerra mundial o las ayudas europeas recibidas durante los noventa cuando Alemania se reunificó.

Ellos son alemanes, alemanes nacionalistas y entienden la U.E. como un instrumento con el que ellos juegan al monopoly. Son el centro y los demás la periferia, que baila alrededor, a los que pueden mangonear y humillar. Su interés en Europa es el de sus bancos y el de sus ciudadanos poderosos; mientras vemos como se hunden países como Grecia o Chipre y otros las están pasando canutas, como Portugal, Italia o España.

Es la líder de una Europa insolidaria, incapaz de ver más allá de la economía en favor de los países más poderosos. Si se confirma que Merkel ha ganado, gobierne sola –si obtiene mayoría absoluta— o con los socialdemócratas, lo hará pensando sólo en su interés. Sólo nos salvará --si nuestro gobierno sigue siendo seguidista irracional de esta mujer, de la Troika y de sus políticas— la posible necesidad que tenga Alemania de vender sus productos y que para ello deba aumentar el consumo en España y, por lo tanto, nos aparte del camino de la austeridad. Sólo eso. Esperar otro cosa es pura ilusión.

Así es que no esperemos mucho del nuevo gobierno de Merkel, sino de cómo se desarrolle la economía europea. Y de eso dependemos. Salvo que nos plantemos de una vez y si es posible unidos a los demás países mediterráneos, exigir una auditoría de la deuda y una quita de la deuda ilegítima (la que se ha producido en contra de los intereses ciudadanos).

Mientras sigamos siendo ilustres monaguillos voluntarios de esta nueva religión –la austeridad— que comanda la teutona Merkel, no hay solución. Sólo la unión con los otros países europeos que están en situación crítica y plantar cara a la Troika y a Alemania puede hacer cambiar la política económica europea. Pero claro, pensar que Rajoy y su gobierno va a hacer frente a la lideresa alemana es pura ciencia-ficción. Y mientras tanto, los españolitos de a pie cada vez más pobres, pero eso, es parte del objetivo, ni más ni menos.

Salud y República