Ahí les tienen ustedes. No se cortan un pelo. Independientemente que sus mentiras hayan demostrado la ilegitimidad de su victoria en las elecciones generales, ellos utilizan, sin dudar, siempre su mayoría absoluta. Y siempre que tienen ocasión lo demuestran desvergonzadamente.
Y la última ha sido una más de las que nos caerán mientras que dure este gobierno. Cada día apenas nos levantamos, vuelven a sorprendernos, y van más allá, siempre al otro lado del límite de lo decente y lo medianamente admisible.
Porque mientras el gran Mariano trataba de seguir los pasos de su querido amigo Aznar al involucrarse en favor de las acciones contra Siria, y el gran Montoro –ese ministro hiena que ríe sobre todo cuando da malas noticias— decía que la salida de la crisis en España es un fenómeno inédito y que ha roto todos los pronósticos, nos enterábamos de la última indignidad, la última felonía sectaria de este partido mentiroso: En la campaña publicitaria contra la Violencia de Género, la ministra ciega y gürteliana –Ana Mato— ha repartido el presupuesto con un sesgo infame, dando más parte del pastel a los medios afines y quitándoselo a los que le son más adversos. Hecho de forma vergonzosa y olvidando la más importante: Se trata de dinero público, dinero de todos los ciudadanos.
Los datos son espeluznantes y demuestran que el reparto ha sido sectario, con claro apoyo a sus queridos medios de comunicación.
Fíjense en los datos del cuadro anterior: Un ejemplo claro La Gaceta ha recibido 60 veces más presupuesto por lector que 20 MINUTOS, o La Razón que ha recibido 15 veces más presupuesto por lector que El País.
Y para que no parezca algo ocasional, sin intención, veamos lo que ha ocurrido en las cadenas de radio:
O sea la Cadena Cope ha recibido del presupuesto publicitario 11 veces –24,11 €—por oyente lo que ha obtenido la Cadena SER. Una verdadera vergüenza.
Y qué decir en Televisión, donde Intereconomía, con un 0,2 de cuota de pantalla ha recibido 17.000 euros.
Ellos van a piñón fijo y les importa un pito lo que piensen los demás. Se creen en posesión del país y actúan de forma totalitaria. Además la cosa no queda aquí, y es que además intentan justificarlo como si fuéramos gilipollas y tuviéramos que tragarnos las ruedas de molino que ellos fabrican. Por ejemplo, dicen que la campaña se ha hecho con criterios objetivos de impacto, cuando cualquier publicitario sabe que el criterio de inversión publicitaria van de acuerdo con el costo por mil del público al que se dirige dicha campaña.
No hay excusas, si hay desvergüenza y abuso de poder. Y ahí siguen. Quien sabe con lo que nos encontraremos mañana.
Salud y República
1 comentario:
Claro, es que la vocación de la derecha es totalitaria, de toda la vida del señor, vamos que si...
Es como están en su salsa, ordeno y mando, lo que pueda arrebañar para los míos,a los demás, que les den, al enemigo ni agua :(
Salud
Publicar un comentario