Marines yanquis juegan a nazis

 Cada vez se ve más la verdad. Detalles constantes nos hacen ver, no sólo las miserias de la guerras, sino la de los países que se empeñan en jugar con ese fuego. Un ejemplo claro se da entre los marines de USA.

Los soldados yanquis dicen a las claras cómo son y lo que aprenden en su querido ejército. El ejército más fuerte del mundo. Y su relación con los enemigos está fuera de cualquier convenio o código, que para eso son “los mejores”, los más fuertes y los más salvajes. Lo que les permite imponer “sus leyes”.

Así, lo mismo se mean en los muertos enemigos, para hacer una gracia (sin maldad, los pobres), que violan a enemigas (solo para saciar su apetito sexual), que mantienen cárceles donde la tortura y la vejación están a la orden del día (para evitar malos mayores), o simplemente juegan a ser lo que les gustaría, por ejemplo: nazis.

Así, estos chicos guerreros, en un episodio de sinceridad, se han fotografiado, en Afganistán, teniendo como fondo una bandera USA y una de las SS. Aquí les tienen posando con orgullo:

 

Claro que sus mandos han condenado el hecho y hablan de que esa bandera no tiene nada que ver con el espíritu de los marines. A lo que añaden que actuaron por ignorancia y no por intolerancia y que, por eso, no serán castigados.

Y es que el ejército estadounidense comete graves actos “por ignorancia o error”. Por ejemplo, vemos en los medios de comunicación, a menudo, que un bombardero norteamericano mata a civiles y niños, eso sí, “sin querer”. O que atacan con un tanque un hotel donde sólo había periodistas y les asesinen (caso Couso), “un lamentable error”. O simplemente, que tienen una cárcel –Guantánamo-- en la que encierran a “presuntos enemigos” que no tienen derecho a juicio y a los que vejan, torturan, vilipendian y violan a su placer (“por seguridad”). Eso sí, todo por error o por ignorancia. Nunca de forma voluntaria. Las circunstancias obligan y están por encima de las leyes internacionales.

Como pueden comprobar unas acciones propias de la primera democracia del mundo, de "gente de paz". Bellas y rotundas. Actitudes que forjan el carácter yanqui y que les lleva a actuar con violencia, con contundencia, pero con ignorancia o por equivocación, y siempre por su patria, “como debe ser”.

Son casos de violaciones de derechos humanos, de torturas, de acciones ilegales contra los derechos humanos, “sin mala voluntad, con buena fe”.

No sé qué pensarán de la foto con la bandera nazi el poderoso lobby judío y todos los demócratas americanos, pero suele ocurrir que estos soldados hacen y deshacen dentro de la más absoluta impunidad. Y no es cuestión de retirarles la bula por una bandera de nada, por un quítame allá esas pajas.

Salud y República