Europa: cada día menos democrática y más liberal

Esta Europa no funciona. Y bien que lo sabemos los europeos. Es una jaula de grillos donde dos de ellos, los más fuertes, los más poderosos, hacen y deshacen. Aquí sólo funcionan las órdenes que Los Mercados envían, trámite agencias de rating o países poderosos. Mientras, los ciudadanos seguimos pagando el pato de una Europa sin norte, mejor dicho, al servicio del dinero.

Lo que se discute, lo que preocupa está claro. Se trata de conservar privilegios para los poderosos y de sacrificar el Estado del Bienestar a costa de esos privilegios.

En cuanto a lo último que han decidido –por cierto, aplaudido ya por los palmeros europeos (los otros países, entre ellos España)— me parece una ratificación de un neoliberalismo salvaje, donde el déficit parece ser el valor a salvar, como sea, incluso poniendo un tope en la Constitución. La famosa Carta Magna española que parece intocable, al menos para corregir cosas serias como elaborar una ley electoral justa y democrática, parece que se puede cambiar para limitar el déficit, o sea poder evitar la intervención del Estado, las inversiones públicas, en épocas de crisis, salvando a los países de tentaciones keynesianas. Aquí quien manda son Los Mercados, los dioses del Olimpo Europeo, y el déficit les puede hacer daño.

Sin embargo, de emisión de eurobonos nada, Alemania y Francia no quieren salvar a los países con problemas financieros como Grecia, Islandia o Portugal.

La forma en que se acuerdan las “soluciones” es tan grave como el contenido. La manera de actuar de esta Europa es “duopolista”,  se reúnen los dos más fuertes, Alemania y Francia –ya lo han hecho en multitud de ocasiones—, deciden sus propios intereses o desarrollar las órdenes de Los Mercados y luego lo llevan a Europa que se somete a la decisión, sin discusión, ¿es esto democrático? ¿por qué no se reúnen todos los países para tomar las decisiones? ¿sólo Alemania y Francia son mayores de edad? ¿por qué se acuerdan cuestiones que afectan a todos los europeos sólo entre esos dos países?

Ya está bien, que no nos engañen, hacen y deshacen al antojo de Los Mercados y los demás se dedican a seguirles con celo y ahínco. Para esta Europa no necesitábamos alforjas. Bastaba esperar las órdenes de Alemania y Francia y obedecer. Y al menos nos ahorraríamos un pastón: El parlamento europeo con esos sueldos fabulosos, los gastos generados de la Comisión y el Consejo, y todos los funcionarios.

O jugamos todos o se rompe la baraja. Pero claro, aquí todos están a pachas. Unos han nacido para mandar y otros para obedecer, pero todos mantienen su objetivo: El poder del dinero sobre los ciudadanos, el neoliberalismo descarnado. Hoy, en Europa, las personas son números, y el dinero es el rey. Lo han conseguido, y lo grave es que son insaciables y quieren más.

Salud y República