Isadora: un error judicial

La justicia ha errado una vez más. Seguramente por intereses del lobby abortista --como se sabe, muy unido al lobby homosexual-- ha dicho su última palabra sobre el caso de la Clínica Isadora. Y al igual que en el caso del doctor Montes ha terminado por decir que no había nada ilegal. ¿Cómo se atreven? ¿En qué país vivimos? Isadora era una fábrica de abortos ilegales donde los restos fetales se tiraban al cubo de la basura. Y han osado decir que es falso.

¿Y qué pasa con los agentes del Seprona que lo único que hicieron es seguir trabajando a pesar de que el primer juez había archivado la denuncia? ¿Nadie se lo va a agracecer?

Y el juzgado de instrucción número 47 que en aras de repartir justicia recogió de la papelera la denuncia y se puso a investigar por su cuenta, ¡pobres! Sin duda cumplieron con su abnegada labor: encontrar abortistas ilegales y restos fetales.

Qué decir de esos abnegados entes tan democráticos como el partido franquista Alternativa Nacional y la asociación antiabortista nacionalcatólica Unidos por la Vida, que sólo pretendían que floreciera la verdad, esa maravillosa verdad que sólo ellos poseen.

Y de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento sólo decir que veían, como debe ser, con buenos ojos esta operación frustrada por el antojo de la Audiencia Nacional que dice que todo ha sido un invento. Es para no echar gota. Pobrecilla la Espe que estaba segura de que había irregularidades en los abortos clandestinos y le han dejado con el culo al aire ¡puaff! Y más aún la angelical Botella Perasmanzanas que vió --ahora son capaces de decir que eran alucinaciones-- máquinas trituradoras descuartizando fetos de siete meses.

Todos ellos han quedado en entredicho, sólo por intentar cumplir con su sana obligación.

Menos mal que tendremos la ocasión de contraatacar ¿o se creen estos rojos que se van a salir con la suya?

Fdo.: La Asociación "Volverán banderas victoriosas"

Salud y República