En busca del personaje (21). La cultura como terapia

Otra vez han pasado quince días. De nuevo estamos en un domingo de personajes. La vez anterior los personajes eran: Miles Davis, Manuel Vicent, Rafael Azcona, Ives Saint Laurent y nuestro querido Manuel Ortiz. Los acertantes fueron: Alex (dos personajes), Jose, Fritus y Selma.

Y ahora pasamos al texto de esta semana. Recuerden que se trata de un texto cuya misión es, simple y llanamente, dar las pistas de los cinco personajes de hoy. Las dos fotos, también tienen que ver con dos de los personajes. Y el texto es éste:

Acababa de ver el final de la etapa. En julio, ante el televisor una media siesta con un ojo puesto en la tele y otro en el Tour de Francia, era un placer. Un tal Roberto Torres estaba escapado y le seguían de cerca Luis Romero, Edward Young y el gran campeón americano. Mientras, Carmen su mujer, roncaba en el sillón de al lado, su hija Marta hacía un solitario en la mesa cercana. Estaban a punto de viajar a Londres, su hija había estudiado en una universidad británica y le iban a entregar el diploma del Master.

Una enfermedad hepática le había mantenido en cama durante seis meses, tuvo que posponer un viaje a la Toscana en Italia con Carmen. Esa circunstancia había hecho que se desligara de su trabajo, y se dedicara de lleno a la pintura. Él decía siempre, en broma, que había encontrado el camino de su perdición.

Recordaba a su padre, que fue pintor y había muerto a edad temprana de cáncer de próstata, su madre, una mujer morena, agitanada, guapa, se llamaba Celama y todavía hoy tenía un porte muy digno, a pesar de su edad.

A menudo añoraba su niñez, se acordaba de sus mejores entretenimientos, hacer pompas de jabón y jugar con su muñeco preferido: Pinocho. Además le encantaba jugar con el agua de la fuente del patio de su casa...

Y ahora empieza el juego, ya saben hay escondidos cinco personajes, o sea que lean y acierten.

Salud y República