En busca del personaje (10). La cultura como terapia

Aquí estamos de nuevo, después de quince días. Los acertantes de la última sesión fueron, Freia, Adanero y Jose. Y los personajes acertados fueron: Meryl Streep, Ángel Nieto, Idi Amin, Somerset Maugham.y Richard Strauss.

Y vamos con el texto de hoy. Se trata como siempre de descubrir a cinco personajes. En el texto, que no tiene más coherencia que la de servir al juego, están las pistas necesarias, hay cuatro como mínimo por personaje y además está la foto que tiene que ver con uno de ellos. Así es que ha llegado la hora. ¡Tiempo!:

Un hombre tranquilo con gran talento, ese era Santiago. Siempre, después de su curso en América, Nueva York, volvía a pasar el verano a Girona, su tierra natal, con su hermano Joaquín y su hermana Rosa. Joaquín se había casado en Irlanda con una mujer americana de origen judío, de la que se había separado al saber que tenía una amante, otro mujer. Rosa por el contrario había permanecido soltera, retirada de la vida académica, aunque viajaba a menudo a París y a Londres para promocionar sus novelas. Los tres habían quedado huérfanos muy jóvenes. Su padre, John, era irlandés y su madre, Susana, de Pompeya.

Esta vez había tenido que coger el avión a Madrid, pasar por el abogado, en la calle Martínez Campos, resolver un asunto pendiente con diligencia y volar rápido con Iberia al Aeropuerto de Bilbao, para hacer unas gestiones.

Su afición era el cine --el western y el cine negro--, la música, era un virtuoso del piano y escribir sobre la poesía romántica española, Bécquer y Espronceda.

Su padre al morir le había dejado una triste herencia, una casa pequeña en Venecia, al lado del puente Rialto, y un autorretrato de Beruete, acompañado de una mínima renta mensual. Él, sin hijos, había dejado en el testamento, un único deseo, quería ser enterrado en París, en el cementerio de Montparnasse, al lado de tantos famosos que admiraba…

Pues nada, es facilito, así es que lean y acierten que para eso me estrujo las meninges, ahora les toca a ustedes. Ñoras, ñores, se abre el telón.

Salud y República