Criticábamos
a Rajoy como si el PP que defendía fuera extremista. Basta que hayan
pasado un par de años para darnos cuenta de que todo se puede
superar, incluso la soberbia y la cercanía al ultraderechismo. Hoy
el PP, gracias a su actual camino, ha revivido al presidente de la
guerra –Aznar-- y a la extrema derecha, representada por Vox.
Lo
grave no es que hayan despertado los sectores más conservadores,
sino que además el PP quiere imitarlos y se olvida de los mínimos
valores de un partido que así mismo se denomina constitucionalista
–¡qué ironía!-- y tacha a toda la izquierda de estar fuera de la
Constitución.
No
es que nos haya sorprendido, todos recordábamos a Aznar y su
derechismo retorcido –eso sí, defensor a ultranza de la España
cañí, al mismo tiempo que llamaba a ETA: Movimiento de Liberación
Nacional del País Vasco--. Hay muchos ejemplos, que denotan el
camino hacia la extrema derecha del PP, basta con ver sus constantes
declaraciones y actuaciones.
El
máximo responsable es Pablo Casado, que con sus constantes
actuaciones y con su camarilla pelotillera (entre otros: García
Ojea, Díaz Ayuso y Álvarez de Toledo) tiene un fin claro, y es
tratar de conseguir los electores de Vox. Lo que le ha provocado una
pérdida del centro derecha sin conseguir restarle (al revés)
electores a ese partido ultra y xenófobo. Basta ver los últimos
sondeos, donde Vox crece y el PP baja.
El
PP actual se ha instalado en la bronca diaria y ha decidido que el
diálogo no es un método de hacer política. Y así lo demostró
Casado, en su reunión con Sánchez en la Moncloa, donde no es que no
hubiera acuerdo, sino que el líder pepero puso un precio a su
colaboración, imposible de pagar, puesto que le pidió al
presidente,
ni más ni menos, que su política estuviera guiada por el programa
del PP. Y se quedó tan Pancho.
Sí,
no es que no quisiera dialogar, es que, simplemente pretendía que
para negociar cuestiones que no deberían tener precio (la
composición del CGPJ o del Consejo de Administración de RTVE, el
Tribunal de Cuentas o el Defensor del Pueblo), el PSOE fuera un
instrumento político del PP.
Por
ejemplo, le pidió que rompiera la mesa con los el gobierno catalán.
Eso sí, sin dar ninguna alternativa, salvo otro 155 o cualquier otra
medida coercitiva. Ninguna medida política sino punitiva, como si
creyera algo imposible, hacer desaparecer a todos los catalanes
independentistas, por arte de birlibirloque, o meter a más de dos
millones de catalanes en la cárcel.
Y
además, le pidió que redujera impuestos –eso sí, sin decir cómo
se puede pagar el Estado de Bienestar--, y que no modificara la
reforma laboral, o sea que se siguiera con una precariedad
insoportable o que se pudiera seguir despidiendo a los trabajadores
enfermos de forma procedente, entre otras lindezas.
Y
como principio, que rompiera con el acuerdo de Unidas Podemos, que
según estos peperos son unos anticonstitucionales y unos extremistas
populistas de aquí te espero. Sin
embargo, Vox es un
partido que debe apoyar gobiernos ‘democráticos’ en CC.AA. y en
municipios
La
dureza está siendo el quid de su política, el boicot, obstaculizar
cualquier acción de gobierno. Cada acción está demostrando hasta
dónde quieren llegar. Por ejemplo, en el País Vasco se han cargado
a un pepero como Alfonso Alonso o han hecho dimitir a Borja Semper,
dos militantes de alto grado, que a diferencia de la cúpula actual,
han demostrado ser gente civilizada. El colmo de esta operación de
desmantelamiento ha sido colocar en la cima del PP vasco a Carlos
Iturgáiz, una momia que han resucitado y que demuestra la fuerza de
Aznar, en esta nueva etapa.
No
quisiera olvidarme de un personaje penoso que demuestra cuál es la
senda pepera de Casado. Hablo de su portavoz en el Congreso: Cayetana
Álvarez de Toledo y Peralta Ramos, XIIIª marquesa de Casa Fuerte.
Una mujer que probablemente está demasiada cargada por apellidos
excelsos, cargos aristocráticos y tres nacionalidades, una mixtura
con la que pretende mostrar su ‘superioridad’ a cualquier
oponente político. Su provocación y su odio es constante.
Insultona, barriobajera, mentirosa, altiva, vanidosa. Cada vez que
abre la boca lo hace con desprecio y con odio al oponente, para ella
enemigo recalcitrante. Otra que nos hace añorar, y ya es decir, al
anterior portavoz, el hoy defenestrado senador Hernando.
En
fin, la cosa parece clara. Hacen la competencia a Vox siguiendo la
pauta aznarista provocando una legislatura bronca, dura y sin
diálogo. Y lo que es más grave, están haciendo que con esta
política el beneficiado sea Vox, ese partido franquista, xenófobo y
homófobo que tanto les ayuda en diversos gobierno.
Nosotros
a lo nuestro. Este gobierno debe seguir llevando adelante su
programa, evitando errores tontos, y a sabiendas de que la jauría de
enfrente sólo ladra porque cabalgamos.
Salud
y República
2 comentarios:
Hernando hasta parece de izquierdas comparado con Cayetana.
Interesante tu articulo pero viviendo en Miami no estaba muy empapada de lo que escribes un saludo desde el mar
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