Arturo Fernández nos debe tres millones de euros

¡Vaya tipo! Este si que tiene cara y cruz. La cara dura y la cruz la que nos ha endiñado al resto de ciudadanos. Pero cómo se puede ser como es y seguir presidiendo la CEIM y ser el vicepresidente de la CEOE, sin que se le caiga la cara de vergüenza.

No sé qué pensará su amiguísima Espe Aguirre –dicen que es su madrina y que gracias a ella ha llegado a presidir a los empresarios madrileños—, pero si sé lo que pensamos muchos, y es que este individuo es un delincuente.

Primero, le pillan pagando a sus empleados en negro, y el tipo en vez de dimitir dice que va a reflexionar y decide seguir en sus puestos tanto en la CEIM como en la CEOE, lo que dice mucho no sólo de cómo es él sino también de cómo son los jerarcas de la CEOE y de la CEIM que le aguantan y no le presentan una moción de censura y de Hacienda que no toma acción.

Pero es que este tipo no se queda ahí. Ahora resulta que sabemos que debe tres millones de euros a Hacienda, –o sea a todos nosotros, recuerden ese antiguo eslogan que decía: Hacienda somos todos—, y ahí sigue, tan campante. Una deuda que cada vez es mayor. En Octubre era de 400.000 euros y hoy la ha multiplicado por siete, en cinco meses. Un moroso de tomo y lomo.

Y lo grave no es que sea como es, el problema es que goza de impunidad, es que no le pasa nada. Ya me gustaría a mí ver como actuaría Hacienda si cualquiera de nosotros le debiera la centésima parte que le debe este mangante. Pero, ¿por qué no actúa? ¿cómo es posible que a un pobre desgraciado que ha perdido el trabajo le desahucien y le pongan en la calle porque debe seis meses de hipoteca y a este sinvergüenza Hacienda le consienta esta deuda millonaria? ¿Por qué no le embargan sus varios inmuebles, su barco, sus terrenos, sus acciones, etc.? 

Pero, ¿es que no es para rebelarse y llamarles chorizos a todos? A él por serlo, a sus compañeros empresarios por no hacerle dimitir –me temo que lo que hace D. Arturo les parezca normal—, y a los responsables de Hacienda, empezando por el gobierno, por consentir tal ignominia. Nos toman el pelo miserablemente, impunemente.

No sólo es cuestión de que sea un moroso tramposo, es que además está en la cúspide de las organizaciones empresariales, dando un ejemplo de cómo se comportan algunos de nuestros queridos empresarios. Recordemos a su amigo y anterior presidente de la CEOE, Díaz Ferrán –al que defendía y admiraba--, que ya está pudriéndose en la cárcel. Y ahora a la esposa del presidente Ignacio González, su vicepresidenta, que ha tenido que dimitir por estar imputada en el caso del ático de Marbella.

En fin, así son. Ni más ni menos. Y éste además no tiene dignidad, sigue como si no fuera con él la cosa, sin dimitir. Habrá que preguntar a Montoro, el ministro hiena, por qué le consiente esto a Arturo Fernández. Seguramente dirá que no sabe, no le consta. Eso sí, los sueldos suben moderadamente y España es un ejemplo para Europa. ¡Hay que joderse!

Salud y República