Un parche defectuoso para el problema de los desahucios

Era de temer. No se puede dejar que un pirómano sea quien apague el fuego. El PP –también el PSOE— ha tenido ocasión de tocar este tema y sin embargo, siempre se ha mostrado en contra. Así lo atestigua las diferentes iniciativas presentadas desde hace años, por otros partidos políticos de izquierda y por diversas asociaciones, que han sido despreciadas.

Hoy, el gobierno pepero, incapaz de ponerse de acuerdo con el PSOE –otro que tal baila— saca un decreto ley en el que no se cumplen la mayoría de las reivindicaciones que solicitan los afectados y sus asociaciones.

Paran los desahucios, durante dos años, y hablan de un parque de viviendas sociales, pero son tantos los requisitos que se tienen que cumplir, bien económicos, bien familiares, bien sociales que quedan fuera la mayoría de los casos.

Por otra parte, no se habla en absoluto de cuestiones tan importantes como de cambiar la ley hipotecaria en vigor, que es de 1909, ni tampoco se dice nada de la dación en pago o de los intereses de demora o del valor de la tasación para subastas. Dice no a la retroactividad, por lo que estas mínimas medidas no se aplicarán, a quien reuniendo los requisitos haya sido ya desahuciado.

La cosa ha quedado clara, tratan de marear la perdiz, de parar esa marea de indignación que ha suscitado este tema. Están dando a los hambrientos un puñado de pipas. No, así no. No sólo no es suficiente, es una estafa. Aquí se trataba de quedar bien sin molestar a los bancos, a pesar de que las viviendas de esos bancos son los activos tóxicos que estamos pagando los ciudadanos.

Lo que estos peperos pretenden es tapar con un acto de caridad, un problema grave que implica a mucha más gente de la que ellos quieren salvar. No se trata de beneficencia, sino de justicia.

Recordemos que esta medida escasa se ha conseguido con sangre (nunca mejor dicho), sudor y lágrimas. La presión ejercida por las distintas asociaciones, así como últimamente por distintos colectivos sociales –jueces, policías, cerrajeros, bomberos-- unido al terrible caso de los suicidios ha conseguido que este gobierno y el PSOE se movieran. Pero ahora que el tema está en el candelero y que socialmente tiene mucho interés, es necesario profundizar e insistir en la presión, no bajar los brazos –esperemos que no haya más suicidios— para que este gobierno entienda que lo decidido es insuficiente, que no basta con esta medida y que el dinero que se está entregando a los bancos no ha de servir para que sigan especulando con los desahucios.

Este decreto ley no sirve. Es hora de hacer un paréntesis y parar todos los desahucios, hasta que reunidas todas las partes --hablo de todos los representantes de los partidos políticos y de las asociaciones que defienden a los desahuciados—, consigan un acuerdo de mínimos y soluciones el tema de una vez.

Salud y República

P.D. Acabo de escuchar en la radio a un experto en este tema y dice que esta medida no solucionará ni el 10% de los casos de desahucio que están por llegar.