Ajustarse el cinturón (real)

Pues ha empezado la sesión. No, no se crean que vamos a despegar, en todo caso vamos a aterrizar, y aunque no vayamos en avión ajústense el cinturón que podemos darnos una leche de mucho cuidado. Porque la crisis, esa innombrable criatura llamada desaceleración o frenazo o ralentización ha llegado. Y cómo.

Y ahí están los libegales de pega pidiendo ayuda para salvar su fortuna. Ahí quedan los empresarios "modelo" que además de ayuda piden congelación salarial y abaratamiento de despidos.

Así es que estamos todos acongojados, eso sí, con una clara diferencia, los llorones del párrafo anterior, forrados, y los currantes, desempleados y  pensionistas: hundidos. Entre estos últimos están los infelices que pensaron que la Constitución no era papel mojado y que al leerla se creyeron lo del derecho a la vivienda e ingenuamente contrataron una hipoteca  y ven como ese monstruo llamado Euribor está cerca de la cima del Everest. O los trabajadores que pensaron que su empresa era infalible y resulta que hoy está a punto de cerrar o de hacer una regulación de empleo. O en general todos los que sufrimos ese virus llamado IPC que no cesa de infectar la bolsa de la compra y a los que no nos subirán los ingresos para compensar la inflación.

A todos toca, salvo funerarios, cobradores del frac y pocos más, la crisis está haciendo su agosto. Entre todos los afectados hay colectivos que deberían dar ejemplo. De hecho, veo aquí que el gobierno y los altos cargos se congelan el salario. Ya sé de municipios donde ha ocurrido lo mismo, como es el mío. Otros donde no sólo se lo congelan sino que como estaban cercanos a la quiebra técnica, no saben como salir, léase Madrid, gastaron durante las vacas gordas y hoy están haciendo rogativas a la Virgen de la Deudaeterna o a San Pagancio Cuandopueda.

Sin embargo, me llama la atención el esfuerzo que debe suponer ajustarse el cinturón a la Casa Real. Fíjense ustedes veo en Escolar que a los pobres sólo les van a subir un 2,7%. Pero ¿cómo llegarán estos muchachos a fin de mes? ¿No me dirán que con nueve millones de euros al año puede vivir una familia numerosa, casa aparte? Y son de libre disposición para toda la familia, imagínense tener que repartir entre tantos. Vista la inflación que estará por encima del 4%, los angelitos perderán poder adquisitivo. Sólo con nueve millones y doscientos mil euros de vellón que cada infanta, Elena y Cristina, gana sudando la gota gorda en esas Fundaciones donde trabajan día y noche, más lo que gane el ex-balonmanista, seguro que no les llega para pipas. En fin, una pena. Me temo que el discurso de Nochebuena le sirve al rey este año para pedir limosna, al estilo Lola Flores. Y lo peor, o lo mejor, es que algunos se la darían.

Salud y República