03 diciembre 2020

Asesinar a 26 millones de hijos de puta

 ¡Qué bonito! Hay que ver cómo se lo pasa esta gente que, al albor y gracia de la democracia que tanto abominan, siembran odio y manifiestan su deseo criminal, sin pudor, sin vergüenza. Ellos sí, tienen derecho a la libertad de expresión de este régimen que detestan. Pueden insultar, agravar y amenazar con la muerte a todos los que no piensen como ellos. Otros, por cuestiones mucho más leves han tenido que irse de este país. Son franquitos de poca monta, totalitarios de baja estopa.

Pues sí, nos quieren asesinar. Somos hijos de puta y nos quieren fusilar. Eso sí, de forma cobarde, como ellos son. Incapaces de haber expresado su pensamiento mientras que estaban en activo y chupaban del bote de la democracia, ahora, ya retirados del ejército, se atreven a empuñar sus armas, y lo hacen no para defender la patria, sino para decir que desean matar a 26 millones de españoles. Es la grandeza de la democracia, aunque habría que poner algún límite. No se puede haber dicho que servían al país y, una vez retirados, decidir acabar violentamente y con saña a quienes les han dado y les da de comer: ‘el pueblo español’.

Exgenerales, exjefes, exoficiales del ejército, gente de odio y ‘becarios’ (de Beca, el general traidor) franquistas de medio pelo, todos los que piensan así, eso sí, chupando de las arcas del Estado, son un signo de que algo grave pasa en una parte del ejército, y ya está bien de pasar del tema. Hay que tomar medidas serias y poner las cosas en su sitio. Esperemos que este gobierno ‘social-comunista’ actúe en consecuencia.



No estaría mal que, por si las moscas, se hiciera una encuesta dentro del ejército para saber si esto es una excepción –que ya van varias-- o estos pensamientos forman una ideología que comparte una gran parte de los militares. Y además, promover cursos de fidelidad a la Constitución y al gobierno democrático para cambiarles las neuronas a estos militarotes que piensan afrancadamente.

Por cierto, el hecho de que el rey no haya dicho nada sobre las carta que le han enviado estos degenerados, da qué pensar. Debería haberles puesto en su sitio y salir públicamente a defender la democracia, contra estos dictadorzuelos insensatos. Porque un sabio refrán dice: ‘quien calla, otorga’. Y ya está bien de consentir a estos desalmados franquistas: amenazas, insultos y demás tropelías. Ante la carta, al rey no le vale el silencio, sino el descarte y la crítica.

Becarios forjadores de ensueños malditos y traidores, ganapanes de tres al cuarto, quieren volver a nuestra más miserable historia, quieren volver a asesinar y a convertirse en reyes de chiringuitos crueles, defensores de dictaduras criminales y a ostentar el poder absoluto que tanto les ha beneficiado, otrora. La democracia debe ser generosa pero no gilipollas. Hay que poner la otra mejilla solo cuando se pueda obtener algún beneficio, nunca para que te la destrocen.

Al preguntar la periodista a los titulares de las cuentas de los mensajes, todos tratan de disculparse. Y Beca, el que ve la necesidad de asesinar a los 26 millones, además actúa como lo que es, un franquista flojo, un tipo que dice que no fue él, el que puso ese mensaje, que, a lo mejor, le habían hackeado el móvil, o se lo habían quitado”. Hay que ser cobarde, a pesar de parecer tan valiente con el arma en las manos. ¡Vaya teniente coronel! Así nos va.

Siguen consignas de Vox, así lo ha manifestado la diputada Olana, que dice que los que han escrito las cartas al rey, son de los suyos. Y más grave todavía es lo del ‘líder’ Casado, que dice pretender morir si es preciso para defender la libertad, como hace la oposición en Venezuela o Cuba.

Y es que estos chicos de Vox, abusan de la inmunidad parlamentaria. Salen, dicen lo que sea sin que nadie les pueda parar. Y qué decir de Casado que pretende ser líder de la oposición y futuro presidente del gobierno. Confundir España con Cuba o Venezuela, demuestra una supina ignorancia propia de quien es un ignorante, al que regalan un máster para que no lo parezca.

Pero no seamos pesimistas. Ante tal desmán, ante tanta malicia hay algo que es positivo. Si esta gentuza, que piensa lo que piensa, quiere acabar con el gobierno, por algo será. A lo mejor es que se están haciendo bien ciertas cosas.

Salud y República