Que no nos cambien la vida

Ya está bien. Están empeñados en meternos el miedo. De vez en cuando se exageran noticias o se inventan para que los ciudadanos quedemos descubiertos, esperando lo que sea, pero sobre todo desarmados, a sus órdenes, para así poder tenernos sometidos.

Es el miedo. Hace ya unas cuantas décadas lo descubrió Erich Fromm, en su famoso libro Miedo a la libertad. Y es que eso es lo que quieren que tengamos: miedo a la libertad; miedo a vivir, que nos metamos bajo su manto, que no nos salgamos del camino que previamente nos han elegido. ¡Y ya está bien!

Hoy le ha tocado hacer de factor del miedo a la ya famosa Gripe A. Una gripe que tiene una gran propagación pero que, nada más. Es una enfermedad más y desde luego no es la enfermedad más peligrosa, ni la que es irreversible, ni la que deja secuelas. Naturalmente, como cualquier enfermedad, puede acabar mal pero no más que otras, más bien menos.

Si quieren recordamos juntos los cientos de miles de seres humanos que anualmente mueren por conflictos de los que casi no sabemos nada y nadie habla. O también los millones de personas que perecen de hambre y sed en el mundo.

O de enfermedades que hoy se encuentran controladas en el Primer Mundo y que hacen estragos en el Tercero. Por ejemplo, de malaria todos los años mueren dos millones de personas (un simple mosquitero lo evitaría). De sarampión y neumonía, mueren diez millones al año (una simple vacuna lo evitaría). Y tantas otras.

Y por hablar de nuestro país, o del Primer Mundo, esta gripe dicen que se contagia más pero que es menos grave que la que viene todos los años. Recuerdan ustedes la gripe aviar, esa que era terrible cuyos efectos acojonaron al personal, donde las previsiones eran terroríficas. Bueno pues esa gripe causó en el mundo 250 muertes, vamos lo que el tráfico causa en un puente en nuestro país. Sin embargo aquello parecía que iba a acabar con medio mundo y ya ven.

¿Por qué entonces tanto despliegue de información y tanta difusión de esta gripe A? Una gripe que tiene efectos leves en la gran mayoría de los casos.

A mi modo de ver hay dos razones fundamentales, una es la que impone el poderoso lobby farmacéutico --supongo que ya habrán visto este vídeo que está muy extendido, por si acaso aquí se lo dejo, vale la pena.

 

Y la otra razón, que a mí me parece todavía más importante, es la de que, de vez en cuando, han de sacar a pasear un monstruo para meternos el miedo en el cuerpo y hacernos sus súbditos y poder manejarnos mejor.

No dejemos que nos cambien la vida. Seamos pulcros y sigamos las costumbres de aseo habituales, pero que no nos impongan sus criterios. Que no consigan que nos besemos menos, que nos toquemos menos, que no consigan que nos obsesionemos con una enfermedad cuya gravedad es mínima. Que no nos metan en el saco, Vivamos normalmente, besemos lo que podamos y queramos, toquémosnos y no nos preocupemos, seamos todo lo feliz que podamos, que hay vida después de esta gripe y ya verán como cuando pase ésta, nos enviarán otro misil para seguir insistiendo en controlarnos, mediante el miedo. Y si no, al tiempo. ¡Defendámosnos!

Salud y República

P.d. he escrito este artículo, después de haber leído a Luigi, a Felipe y a Carmen, entre otros blogueros, de donde he obtenido datos y razones.