23 enero 2007

Otro patán entra en escena

Éramos pocos y parió la abuela. Ha entrado en escena otro personajillo, presunto delincuente, llamado Juan Martín Serón, alcalde de Alhaurín el Grande en Málaga y, a la sazón, miembro dirigente del PP andaluz.

Hace tres días fue detenido por haber, supuestamente, recibido 600.000 euros en donaciones, y gritaba rebuznos (como una hiena: sonrisa abierta con maldad), insultando al presidente del gobierno. Entre otras cosas el pobrecillo decía: “los delincuentes en la calle y los alcaldes honrados en la cárcel” “esa es la república bananera de Zapatero”. Desde aquí le agradezco que haya proclamado la República, no sé cómo se lo tomarán en su partido. En cuanto a los insultos al presidente, que se defienda él mismo. Lo demás, normal. ¿Qué es lo que queda de lo dicho? República: un deseo loable; bananera: pues sí, qué le vamos a hacer, mientras existan mandatarios como el susodicho, no dejamos de ser bananeros.

La simiente sembrada por el franquismo y, más tarde, por un tal Gil ha dado lugar a una cosecha de excelentes corruptos urbanísticos. Y, ¡Oh casualidad! sin faltar los socialistas, la mayoría son del PP –a pesar de lo que mantienen muchos de sus dirigentes, hay que tener cara. ¡Qué mala suerte! O es una persecución como comentaba el alcaldete. “No vienen a por mí, vienen a por el PP” gritaba el individuo paranoico perdido y buscando el apoyo de los suyos. Eso sí lo ha logrado, ese partido tan honrado, que tanto airea las corrupciones de los demás, pidiendo dimisiones –que conste que en eso hace bien—, nunca ve la viga en su propio ojo. A lo mejor no saben quién gobierna en Telde, o en Andratx, o en las Navas del Marqués, o quién es Carlos Fabra, o a qué partido pertenece el tal Martín Serón, entre otros.

Estoy convencido, es una persecución: todos contra el PP. Les hemos abandonado. También en el congreso, también en el senado, también en las CC.AA., también en…

Esto me recuerda ese viejo chiste donde mil chinos dentro de una cabina gritaban sin parar: “estamos solos”.


Salud y República

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