Debe ser que estamos en crisis. O, quizá, simplemente se trate de que los médicos de la Gran Bretaña son amantes del consumismo. O, a lo mejor, es que les gusta dar malas noticias para que la gente disfrute cuando le dicen, al cabo de un tiempo, que no es verdad. O juegan a equivocarse y no enmendarse.
El caso es que nos encontramos con que Andy Lees, escocés de setenta y dos años, fue al médico hace un año y le pronosticaron cáncer irreversible. ¿Qué haría cualquiera de nosotros? Pues lo mismo. Tratar de vivir lo mejor que pudiera el año que le dieron de vida. O sea, el capitalito que había ido acaparando, durante toda su vida, decidió que había llegado, vistas las circunstancias, el momento de gastárselo. Y así lo hizo, con ardor guerrero, consiguió deshacerse de lo que tenía y prepararse para el final.
El buen hombre repartió su herencia en vida: dio 1200 euros a cada hijo y 2.500 a cada nieto. Además repartió 3.600 euros entre sus amigos y pagó por adelantado 8000 euros, por un señor funeral, como siempre había soñado. Y se dedicó a hacer extras y cambiar su vida austera por una de lujo en su último año de vida. En resumen, que decidió tirar por la ventana su pequeña fortuna y darse el gusto de repartir su herencia en vida y vivir lo mejor posible lo que le quedaba.
Pero ahora viene la segunda parte. La Sanidad Británica, esa magnífica sanidad que se cargó la Dama de Hierro y que los laboristas han ayudado a minimizar, resulta que se ha equivocado y comunica a Mr. Lees que ha sido un error y le pide disculpas.
Total que Mr. Lees, estoy seguro que cuando ha recibe la noticia, hubiera preferido morirse de verdad, porque gracias a ese error se ha quedado en la más absoluta indigencia, sin un penique que llevarse a la boca.
Y claro, vete tú a decir a los hijos, a los nietos y a los amigos, que era un error, cuando seguro que con la crisis que atravesamos ya se lo deben haber gastado. También ha mandado retirar su lápida, que se la guardará para mejor ocasión.
Imagino a Mr. Lees procurando recuperar lo que había dado y diciendo los herederos aquello de: Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita.
Para colmo, se ve que no es el único caso. Hace un año le pasó lo mismo a otro ciudadano británico con sesenta y tres años. John Brandrick, de sesenta y tres años, al que diagnosticaron cáncer y dejó el trabajo y se dedicó a la buena vida, hasta que le comunicaron que era una simple pancreatitis.
¿No será que los médicos están ayudando a consumir anticipadamente para ayudar a salvar esta crisis? En fin, sólo les queda el consuelo de que han ayudado, acelerando el consumo, a que salga a flote la maltrecha economía británica. Esperemos que esto no llegue a oídos de los médicos españoles. Que Solbes y Soria parecen muy amigos. No demos ideas...
Salud y República
8 comentarios:
Yo Rafa como muy bien sabes, estoy en contra de las transmisiones patrimoniales, porque como muy bien sabes, para mí son uno de los cánceres de la humanidad, junto con las religiones y los politicos.
Entonces mientras el médico se equivoque para bien, creo que hasta es bueno que se equivoquen.
El Canuit
Me partiría de risa si no fuera tan serio., pero es que tiene una parte cómica el asunto.Está visto que si nos dicen que nos queda un año vale más esperar a ver si es verdad, no sea que tengas que ir a vivir bajo un puente,supongo que algo solucionará llevando al médico a los tribunales y pidiendo money, es la única salida que le queda.
le dan a uno ganas de atracar bancos..., bueno, visto desde el lado postivo, estás vivo tío.
Con lo que se hubieran ahorrado ( el erario público británico, digo) sin salir en la foto de las Azores...les da para un segundo diagnostico.
El otro día leí en el diario de Ibiza que hay británicos, ( turistas, no residentes) que aprovechan su estancia vacacional en Ibiza para operarse de algún mal...con eso te lo he dicho todo.
un abrazo
Creo que hace tiempo ya lo escribí:
En la época en que tener el Sida era una sentencia de muerte, a un español se lo diagnosticaron. Inmediatamente dejó el trabajo, vendió todo, pidió el máximo préstamo que le concedieron y se fue a Cuba.
Dale que te pego, ron, langosta, rumba, mulata.
A los seis meses, se encontraba mejor que nunca. Se repitió los análisis, y descubrió que estaba sano. El diagnóstico de Sida era un error.
Volvió a España, y demandó al médico, pidiéndole todo lo que había despilfarrado.
El juez le dijo: "Que te quiten lo bailao". ¡Que mala es la envidia!
Amigo Canuit, el médico al equivocarse ha consolidado esa transmisión patrimonial directa, la pasta que ha entregado el buen hombre a sus hijos.
Geni, yo creo que haría lo mismo. Si luego no es así y estas sano, mala o buena suerte. Que te quiten lo bailao y el vivo al bollo, y menudo bollo. Un beso.
Pues sí Fritus, parece que los ingleses, visto como funcionan su sanidad pública, se vienen aquí a operarse y solucionar sus problemas de salud. Y tan contentos.
Monsieur Babeuf desconocía el caso, pero efectivamente que les quiten lo bailao. Ahora bien, el futuro es muy oscuro para estos protagonistas.
Salud y República
Este caballero de la gran bretaña tendria que dedicarse a vivir a costa de la sanidad inglesa,hoy comere en casa del medico,mañana en la del ministro de sanidad,pasado en la del celador de planta,el otro en la de la enfermera,etc,etc.
No se si esta noticia me hace reir o temblar.
Salud y republica
Efectivamente, no es el primer caso.
Ni el segundo.
Ni el tercero.
Ni...
Por cierto: no me ha quedado claro si el médico que le diagnosticó el cáncer tiene alguna relación familiar con la vícticma de este nuevo timo del falso cáncer, que tan hubiera narrado Tip en sus "santos varones".
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