La Puerta del Sol vuelve a brillar

Ayer estuve en la Puerta del Sol. Y os aseguro que es un espectáculo ejemplar. Una plaza a tope, llena de jóvenes que de forma pacífica muestran sus discrepancias con el sistema.

Era difícil atravesar la plaza. La multitud no permitía moverse bien. Sin embargo, se notaba la alegría y sabían que lo que están haciendo tiene sentido y futuro. Carteles en trozos de tela, en cartones, en papel, denunciando lo que no les gusta.

En un ambiente de algarabía sin estridencias, se notaba la paz, se vivía la solidaridad. Asambleas, organizadas de forma horizontal, que nombran comisiones para decidir cuestiones logísticas, de seguridad, de limpieza, de política. Sentados en el suelo, se van pasando la palabra, dando un ejemplo de entendimiento y colaboración.

Mientras, se oyen voces metálicas que hacen llamamientos a la serenidad, a no beber bebidas alcohólicas. a reunirse para hablar de un tema. Indignados pero tranquilos, con la fuerza del que sabe que tiene la razón.

La Puerta del Sol ha vuelto a ser el centro del mundo. Este movimiento me recuerda las escenas que se vivieron hace 80 años y que mi madre me contaba. Ayer una alegría desbordante, hoy una esperanza imparable. Y como fondo la Puerta del Sol.

Después de 80 años, los ciudadanos han vuelto a sentir que la calle es suya, que ha regresado la esperanza, que pueden volver a soñar, que hay posibilidad de cambiar lo que no nos gusta. Que unidos los ciudadanos, se puede conseguir.

Allí siguen hoy, día de reflexión, a pesar de la prohibición injusta de la Junta Electoral Central. Y es que el “establisment” no soporta que nadie se salga del carril. Pero no piensan ceder y seguirán.

Aquí os dejo con unas fotos de esta fiesta popular que hoy hace brillar la Puerta del Sol, como antaño.