A los pobres, les afecta más el cambio climático

Hoy es el Blog Action Day. Y se va a celebrar, en todo el mundo, denunciando el Cambio Climático y utilizando la blogosfera como altavoz para que, presionando, se tomen las medidas necesarias.

Este sistema capitalista en el que nos sostenemos, capaz de engendrar crisis que resuelve mal y tarde, dejando secuelas futuras impredecibles, nos está llevando al final de una era, si no somos capaces de cambiar nuestros valores.

O empezamos a preocuparnos de cambiar de hábitos para salvar nuestro planeta o estaremos todos en pocas décadas al borde del desastre total. Hemos llegado tarde, pero parece que se está empezando a tomar conciencia de que estamos siendo el factor determinante en el cambio climático que se está produciendo. Los seres humanos estamos, en aras de intereses individuales e insolidarios, llevando a un callejón sin salida a este lugar llamado Tierra.

En diciembre hay una oportunidad, probablemente la última y no quiero ser catastrofista. Se reunirán en Copenhague los más importante líderes del mundo con el fin de tomar decisiones sobre este cambio climático. Y no valen medias tintas hay que decirles, desde todas las plataformas que podamos, que esto no puede seguir así. Que exterminar, despilfarrar y hacer mal uso de los recursos que disponemos nos lleva al final.

Y si hoy, la mayoría de las guerras que existen son por la lucha por obtener recursos económicos, nos podemos imaginar el mañana cuando la tierra se haga invivible en muchas zonas por el aumento del calor, la falta de agua y la existencia de un aire irrespirable.

Por eso es necesario que se tomen medidas con el convencimiento de que se van a cumplir, no podemos repetir esos flagrantes incumplimientos del protocolo de Kyoto. Porque eso nos llevaría a empeorar una situación que ya es en muchos aspectos irreversible.

Y no sólo las decisiones que tomen los gobiernos importantes han de ser cumplidas, antes deben ser justas. Todos los objetivos deben ser cumplibles para poder ser cumplidos y justos para que nadie se ampare en su poderío para aplicar medidas que van en detrimento de otros.

Una de las grandes vergüenzas de los acuerdos de Kyoto en 1997 fue la posibilidad de comercializar bonos de emisión de carbono por parte del Banco Mundial. Estos bonos son un elemento insolidario que perjudica a los más pobres, ya que los países ricos pueden comprarlos a los países en vías de desarrollo y exportar sus proyectos, de bajo consumo allí. De tal forma que no disminuyen sus emisiones sino que los trasladan a otros países. En definitiva, esta mercantilización permite entrar a saco con industrias de reducida contaminación en CO2, pero que esquilman el hábitat del país receptor con otros contaminantes, acabando con sus recursos y sin respetar el medio ambiente local.

Casos claros se han producido en Iberoamérica con industrias papeleras y de la madera, donde amenazan la biodiversidad del área, absorben el agua y pueden agotar seriamente los recursos hídricos. Por otro lado destruyen zonas anteriormente dedicadas a granjas o al pastoreo poniendo también en peligro el habitat de los aborígenes que viven allí.

Los gobiernos en la reunión del siete de diciembre en Copenhague han de evitar estas medidas discriminadoras que benefician a los países ricos y han de fijar objetivos capaces de, en un tiempo prudencial, poder parar este cambio climático para evitar desastres ecológicos de primera naturaleza.

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Como quiera que también se están produciendo noticias agradables en relación con este problema, me gustaría comentar que si nos dedicamos seriamente a combatir el cambio climático se podrían crear ocho millones de puestos de trabajo en el mundo, de los que en España habría unos 170.000.

Y para terminar, hagámoslo con alegría. Desde el Foro Humanitario Mundial su presidente, Kofi Annan, ha reunido a sesenta estrellas de la música internacional y ha lanzado esta canción sobre el problema. A mí me ha gustado:

 

El futuro está en el aire. Salvemos este planeta entre todos.

Salud y República