Todos sabemos de la importancia del cine americano, nadie duda de que han sido los más grandes. Sin embargo, se debe aclarar algo. Las cifras no tienen que ver con la calidad, sino con la facilidad de distribución de las películas. El hecho de que el cine americano tenga prestigio y muchos medios hace que los distribuidores no pongan problemas a sus películas, independientemente de que sean obras maestras o mediocridades absolutas.
Desde luego, la relación de 3 a 1 con el resto de nacionalidades no parece sino una proporción desproporcionada. ¿Cuántas películas se proyectan en España que sean buenas? y de ellas ¿Cuántas son estadounidenses?
No quiero hacer apología del cine español o del europeo, o del del resto del mundo, pero no alcanzo a ver que la diferencia de calidad entre el cine de USA y el resto sea tan grande.
Como ocurre con todo lo demás, los medios de que dispone el cine americano son infinitamente mayores que el de las otras nacionalidades. Tiene unas productoras de primera fila y dominan la distribución como nadie, sin olvidar que son varias las cadenas de exhibidores con capital yanqui.
Por lo tanto, la libertad del exhibidor viene dada, no sólo por lo que entiende que prefiere el público, también por sus intereses particulares y por lo que elige entre lo que le ofrece la distribuidora, que naturalmente tiene muchos más intereses por ofrecer películas americanas, aunque sean bodrios, que no de otras nacionalidades.
No se trata de ensalzar o denostar el cine por proceder de uno u otro lugar, pero estoy convencido de que tanto en EE.UU. como en UE o como en cualquier parte del planeta se hacen películas buenas y malas. Y los presupuestos de las mismas, que en este caso si que suelen ser mayores los de las películas americanas, no tienen por qué estar directamente relacionadas con la calidad de las mismas. Esos medios empleados en efectos especiales o simplemente en el pago de autores famosísimos (no mejores que otros de otros países menos conocidos), o en gastos comerciales, no garantizan una mejor obra.
Estoy de acuerdo en un intervencionismo que ayude a compensar la diferencia de medios entre la poderosa Industria Cinematográfica Estadounidense y la nuestra o la de la comunidad Europea.
Esa Ley del Cine aprobada en diciembre pasado no garantiza una ayuda suficiente al cine español y europeo. Hoy el 75% del pastel español se lo lleva USA y desde luego no es por su calidad, sino porque parte con ventaja. Para que se dé libertad, que es lo que piden los conservadores y defensores liberales del cine, se debe partir de una igualdad. Porque si no, como siempre, el pez gordo se come al chico, so pena de que seamos capaces de defendernos.
Salud y República
3 comentarios:
el cine, que no lo olvidemos nació como una atracción de feria ( pasen y vean a la mujer barbuda y el fantastico invento del cinematografo...)aparte de un arte, es una industria...que está monopolizada por compañías radicadas en norteamerica y que imponen , junto a producciones de mérito, el "trágala" de sus subproductos.Bodrios infumables como una "rubia muy legal" o "¿colega dónde está mi coche?" se estrenen simultaneamente en más salas que cualquier producción española. ...Si hay monopolio, no hay libertad de empresa...en esto, como en algunas otras cosas(pocas) me da cierta envidia el chauvinismo francés...no nos iría mal un poco, aquí.
Un abrazo
Si hablamos de cine, no puedo evitar mencionar las pelis italianas de los años 50 que voy adquiriendo en el "museu del cinèma" en Girona... Un hallazgo...o las francesas del canal Arte y no es Chauvinismo ;-)Dani!
Rafa me pillas despierta por haber mirado CQC y nada....:-(
Un beso muy grande!
Estoy de acuerdo contigo, Rafa. Los datos no son reales. Para empezar, cines donde proyecten películas de calidad los hay normalmente (y casi exclusivamente) en las grandes ciudades. Los municipios pequeños y los pueblos se conforman con el multicines del centro comercial más próximo, y estos acostumbran a ofrecer al público películas de mucha acción, mucho ruído y pocas nueces. Son cines con muchas salas, pero eso no da variedad a la oferta: en todas ellas se proyectan películas estadounidenses (decir americanas estaría incluyendo el cine canadiense y todo el latinoamericano), y el público que asiste a esas salas, bueno, ya lo conocemos: familias que pasan el fin de semana en el centro comercial en lugar de ir a respirar aire puro al campo.
En Barcelona tenemos unos 70 cines, de los cuales tan solo 20 proyectan exclusivamente películas de calidad -fumables, como diría fritus- y en versión original. La oferta no es muy amplia: muchos multicines, muchas palomitas, y pocos cines de aquellos en los que uno se siente realmente cómodo (y para mí sentirme cómoda en el cine es disfrutar de una buena película que empieza puntual y verla sin sonidos añadidos, en un cine en el que te puedes quedar a ver los créditos hasta el final sin que el equipo de limpieza te mire con cara de "molestas").
Los de arriba saben que el cine es como la escuela: cuanto más nos atonten, menos nos quejaremos.
¡Que viva el cine!
Publicar un comentario