Ayer empezó el curso para la enseñanza obligatoria. Para cientos de miles de alumnos empezaron las clases. Un primer contacto con la escuela, que será junto con su hogar, el sitio donde pasarán la mayor parte de su tiempo durante los próximos nueve meses.
Serán las generaciones que tirarán de este país dentro de pocos años, personitas hoy, mañana tendrán la responsabilidad de continuar nuestra labor, esperando que la mejoren.
Pero eso no viene gratis, que nadie piense que el simple hecho de que haya pasado el tiempo significa que automáticamente se produce el relevo de generaciones que mejoran la calidad de vida. No, no es automático. Eso hay que ganárselo, y ¿qué estamos haciendo para que así ocurra? La verdad, poca cosa.
Si este país ha conseguido en otros campos estar en la primera división, desde luego esto no ocurre en la enseñanza. Múltiples indicadores nos dicen que lo estamos haciendo mal.
¿De quién es la responsabilidad? Para empezar, seguramente todos tenemos algo de responsabilidad. Han sido múltiples los factores que han hecho que este país se encuentre a la cola en las estadísticas internacionales que hablan de enseñanza.
Los constantes cambios que se han realizado en las leyes que la rigen es uno de los factores. Los distintos gobiernos se han dedicado a intentar imponer su propia ley hasta que gobiernos de signo contrario han ganado y la han cambiado por la suya. La prueba de que ninguna ha dado resultados es que nos encontramos en una mala situación.
La derecha, con su afán por la enseñanza privada, en los sitios que gobierna se encarga de desembarazarse de la enseñanza pública y la privatiza para dejarla en mano de sus amigos: empresarios y la Iglesia; cuya ideologización es patente. Ayudan a que se estudie religión y ,en cambio, se afanan en combatir contra una asignatura que enseña a los alumnos algo tan importante como es comportarse como ciudadanos.
El partido socialista, preocupado en no castigar a la Iglesia, insiste en colaborar en que ésta sea un bastión importante en la enseñanza, olvidando en la práctica esa vocación laicista de la que tanto hace gala, otorgándole recursos para que adoctrine a los alumnos. Además, no sólo no aumenta la parte correspondiente a la Enseñanza en los presupuestos del Estado, sino que la disminuye. En los últimos cinco años la tarta de la Enseñanza ha bajado del 4,7% al 4,2%. Y eso con aseveraciones por parte de ministros y presidente de que ésta es una preocupación. Menuda preocupación. Es más bien un lastre al que se le da muy poca importancia, y si no ¿por qué no se ha aumentado el porcentaje? Sobre todo cuando nos encontramos a más de dos puntos por debajo de la media de los países desarrollados y hemos presumido de superávit en los últimos años.
A todo esto sumemos los nuevos retos que representa la educación de los niños emigrantes y el aumento de alumnos con colegios públicos saturados que superan el ratio alumnos/aula ampliamente.
En los padres y los maestros también recae responsabilidad, pero desde luego, hemos de reconocer que, con los mimbres que tienen, se puede y se debe mejorar pero no pueden hacer muy buenos cestos.
O asumimos que este es un problema grave, que es un fracaso colectivo y empezamos de verdad, no de boquilla, a intentar resolverlo, por ejemplo aumentando la partida presupuestaria, o estaremos abocados a empeorar nuestra situación global, hipotecando el futuro. Alguien se tiene que dar cuenta de que el esfuerzo tiene que ser ingente. Invertir en educación es la premisa para progresar en calidad de vida.
El dinero que se asigna a la enseñanza no es un gasto, es una inversión. O cambiamos de mentalidad y creemos firmemente en ello o quedaremos relegados y seguiremos estando en la segunda división, sin poder integrarnos en la primera.
Y no olvidemos que la única Enseñanza capaz de garantizar igualdad, solidaridad y laicismo es la que debemos apoyar: la Enseñanza Pública. Si alguien quiere estudiar en centros privados, bien religiosos o laicos, que no sean públicos, que lo paguen; no financiemos, con dinero de todos, confesiones religiosas u otras ideologías dominantes.
Salud y República
9 comentarios:
El tema es muy interesante y con muchas vertientes,pero en mi opinion, la mayor responsabilidad del fracaso escolar entre los españoles la comparten al 50% el estado y los padres.
El estado por las razones que tu has enumerado en la entrada,y los padres por que han abandonado desgraciadamente la educacion en casa y la han relegado a la escuela.
Un alumno puede aprender toda la cultura que queramos en un colegio,pero si los padres no le enseñamos con el ejemplo los valores de la libertad,jamas podra ser libre.
Salud y republica
Menos banderas y menos discursos: La patria es la escuela.
Buenas noches Rafa,
Sigo sin saber poner enlaces en comentarios, pero éste : http://www.nuevatribuna.es/noticia.asp?ref=11331, me ha parecido muy interesante, referente a la situación que se vive en la Comunidad de Espe-rancía...
Logicamente y por razones obvias comparto todo lo que expones en tu Entrada...
Un beso Rafa.
"La patria es la escuela".
La tuya porque la mia es el mundo.
Aqui se paso de que un profesor te moliera a palos, a que los niños y los padres manden en la escuela.
Y cada uno tiene que mandar donde le corresponde.
El maestro en la escuela y los padres en casa.
¿Socialistas? en donde,desde cuando.
Siendo el "ciudadano" areces alcalde de gijón, años después de que lo largaran del PC en el congreso de perlora, edificó en la parcela que le correspondía de patio al colegio de mi hija.
Yo acabe en el juzgado y el sociata alcalde en el pleno del ayuntamiento cuando se le preguntó que los metros de patio que le correspondian al colegio le pertenecian la finca en cuestión segun la ley que ellos mismos habian sacado adelante, respondió: ya pero eso se puede hacer en los pueblos o en el monte, pero en Gijón.....
Lo mejor de todo es que el era profesor, rojo y alcalde.
¿Y os estrañais de lo que diga rajoy o la lideresa y compañia?.
Por lo menos no engañan a nadie y saben que un pueblo sin cultura es mucho más manejable.
Estos rojos que no se duchan para no desteñir dan asco.
El Canuit
Ay, mamá..está de un prolifico, Don Rafa, que no se le pilla a tiempo.
Lo que mas me ha gustado es la frase esta de que "la educación no es un gasto, es una inversión".Una verdad como un templo, oyes ...y el hecho de que la secundaria -bachillerato sea cada vez peor y la eclosión en estas dos últimas décadas de universidades privadas elitistas nos indican en que camino vamos...por la senda del neoliberalismo incluso con Zapatero
También hay parte de razón en señalar que los sucesivos cambios legislativos sobre la materia han fastidiado más que otra cosa.
En fin, que estoy con el navegante rojo en cierta dejadez paterna, ayuda el respirar en casa ciertos valores para formarse.Puede que la situación del alumnado no sea más que un reflejo de una sociedad muy traicionera...con modelos sociales entre los deportistas de élite y hasta los concursantes de realitys....
Un abrazo muy gordo
No nos engañemos... Donde estamos peor... En las cosas que deben planificarse y desarrollarse de forma que duren mas que un periodo electoral...
Era evidente que tenía que comentar esta entrada. Soy maestra, aunque no ejerzo este curso precisamente por falta de recursos de la escuela (concertada) en la que estaba trabajando. No he hecho oposiciones, ni me he planteado hacerlas. Mi paso por la escuela ha sido temporal, pero me ha dado una visión amplia del asunto. La escuela en la que he estado es concertada, de la Generalitat, como he dicho arriba. Es un caso peculiar. Empezó siendo una asociación cultural fundada a principios de los 60 por tres mujeres cuyo objetivo era alfabetizar, gratuitamente, a las mujeres que llegaban del sur de España en busca de trabajo: sus maridos entraban a trabajar en fábricas, ellas iban a servir a casas de familias adineradas. Con el tiempo se fueron ampliando las actividades que la asociación ofrecía: lengua catalana, corte y confección, orientación sexual, preparación para las pruebas de acceso al bachillerato y a la Escuela de Comercio... Cierto día las fundadoras se dieron cuenta de que las mujeres que asistían a sus talleres no tenían dónde dejar a sus bebés, así que crearon una guardería. Cuando estos bebés alcanzaron edad escolar, era evidente que había que ofrecerles una continuidad, y crearon la escuela de primaria y posteriormente la de secundaria.
Los principios de la escuela (que si bien se declara como cristiana en sus estatutos, da prioridad a la educación social i cívica) han seguido siendo los mismos: las familias con las que tratan y el alumnado que tienen es de clase media baja, algunos baja del todo. Las situaciones familiares son terribles en algunos (muchos) casos: drogas, prisión, malos tratos, abandono...
Cuando me dijeron que tenía que hacer las prácticas en una escuela concertada mi primera reacción fue rebotarme. Yo quería ir a una pública, obviamente. No me veía dando clase a un montón de niños rubios con los ojos azules que me dijeran cosas como: "Tú no sabes con quién estás hablando". Pues bien, lo que encontré al llegar a la escuela me hizo cambiar mis prejuicios sobre el concierto económico.
Está claro que hay que apostar por la educación pública y de calidad, siempre, hasta el final. Pero también encuentro interesante apoyar centros que, como la escuela en la que hice las prácticas y donde me acabé quedando a trabajar 2 cursos, se han especializado en alumnado de riesgo social, etiqueta que se usa para hablar de aquellos alumnos cuya situación familiar y personal, y cuyo proceso escolar nada satisfactorio nos hacen pensar que si no se actúa con urgencia, terminarán tomando el camino equivocado.
La escuela de la que os hablo es lo menos parecido a una escuela concertada que os podáis imaginar. Un altísimo porcentaje de las familias que llevan a sus hijos a estudiar allá no está al corriente de los pagos (lógicamente) de material, salidas, cuotas, comedor... El concierto que recibe la escuela es bastante irrisorio, pero aún así, superando las dificultades como se pueda, y apretándose el cinturón, van sobreviviendo para tirar adelante un proyecto en el que siguen creyendo: dar a esos niños la posibilidad de mejorar.
Si los conciertos se hicieran realmente a conciencia a escuelas con proyectos sociales, y no a escuelas del Opus y similares, la rueda podría comenzar a girar en el sentido correcto. O por lo menos, en el productivo, no en el improductivo.
Pero mientras el conocimiento siga haciéndonos libres, habrá gente más arriba que preferirá que las cosas se queden como están.
Pienso que el tema da para mucho y que todo está fatal. Pienso como naveganterojo que mucha culpa de como son hoy los críos es de los padres, él dice que al 50 % con la escuela, yo diría que el 80 % por la poca educación que reciben en casa, aparte de que no estan por sus hijos, no les enseñan nada, no saben comer, no saben comportarse, los padres pasan olímpicamente de los niños dejándole hacer lo que les de la gana, es un desastre total y en la escuela pues tambien.
Sí, Navegante, quienes más responsabilidad tienen en el tema son los padres y el Estado. Sólo que lo primero que hay que tener es medios económicos e interés social de todos para creer en la importancia de la Educación. Yo me refería fundamentalmente a la Enseñanza y ahí la responsabilidad es de la Escuela que debe tener medios para impartir conocimiento. Me ha gustado el uso de la palabra vertientes, hoy si oyes radio o televisión o lees prensa, todo está lleno de cursis que hablan de aristas, con lo bonita que es la palabra vertiente.
Babeuf, su interpretación de menos patria (yo diría ninguna), menos boquilla y más medios para la escuela es lo que he intentado expresar.
Querida Selma, los de Nueva Tribuna tienen razón. Espe-rancia está desmantelando la Educación Pública y obteniendo resultados muy negativos en cuanto a enseñanza, pero ese no es su objetivo. Dar negocio a sus amigos los empresarios de la enseñanza, sobre todo a la Iglesia, lo cumple perfectamente. Un beso.
Canuit, sí, es mejor que te ataquen por delante. Pero, convendrás conmigo que aunque el PSOE lo haga mal, el PP es el exterminio. Se ve que no vives en la Comunidad de Madrid, si no te darías cuenta de que esta tipa se carga la público con un descaro tremendo. Ahora acabo de oír que va a privatizar el Canal de Isabel II, que es quien provee de agua a Madrid. Un día de estos privatizará el aire que respiramos. O sea que si te acercas por Madrid, pasa desapercibido, no sea que te privaticen.
Sí, Fritus Educadísimus, yo creo que mientras no se considere inversión y se piense que es dinero gastado, mal vamos.
Querida Luna, es verdad, los periodos electorales marcan objetivos que tienen más probabilidades de que se cumplan. Hay una visión siempre cortoplacista que hace que los objetivos que duran más años, queden olvidados. Un beso.
Amiga llenguaddicta, llevas razón, se deberían tener en cuenta los proyectos y su dimensión social, pero, desde luego en Madrid y me temo que en todo el Estado, no es así. Conozco un caso de una escuela cooperativista en Vallecas que tiene un proyecto muy plausible y sin embargo, a duras penas, a pesar de que esta Presidenta está a favor de lo privado y concertado, consiguen subvenciones. Justo lo contrario de lo deseable. Un beso.
Salud y República
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