Es mucho más fácil predicar que dar trigo, como anuncia el dicho. Y es que si analizamos cuál es uno de los factores más involucionista en esta sociedad tan “adelantada”, tendríamos que llegar a la conclusión de que se trata del derecho al trabajo.
Si ya de por sí trabajar, en la mayoría de los casos, no es un asunto vocacional sino gastronómico (o sea, por comer); triste es que además haya dificultad para encontrar un empleo y si se encuentra que sea de baja calidad, como lo son la mayoría de los que se contratan: trabajos en precario.
Pues sí, si a alguien hace veinticinco años le dicen que le contratan por seis meses, no hubiera entendido nada. El trabajo precario prácticamente no existía. Lo que hacía que el que tuviera trabajo se encontrara en una situación estable, segura, pudiendo programar su futuro y sin la espada de Democles amenazándole continuamente.
Hoy encontramos muchos jóvenes con la carrera universitaria terminada y trabajando con contratos temporales en multinacionales del comercio, de la hostelería o de cualquier otro sector. Y con pocas posibilidades de encontrar un empleo de acuerdo a su formación universitaria.
Desgraciadamente se pasan con renovaciones de contrato o de un trabajo precario a otro gran parte de su juventud. Hasta que con suerte encuentran un empleo con cierta estabilidad o deciden opositar para poder conseguir esa anhelada seguridad en el trabajo. Con la rémora de no poder planificar su vida familiar o individual hasta ese momento.
A todo esto, los sindicatos denunciando la situación pero sin ir más allá, un gobierno que dice impulsar medidas para incentivar el trabajo fijo, sin tener éxito y unos empresarios voraces para exprimir al máximo las leyes laborales que les benefician. La Confederación Europea de Sindicatos ha tirado de las orejas a nuestro país por ser el campeón en contratación temporal sin que se haga nada por evitarlo.
Esta es la situación en la que se encuentra el trabajo en la empresa privada. Pero, ¿y en las administraciones públicas?
Pues, no cambia mucho. Salvo los que entran con oposición, gran parte de los trabajos que se derivan de las administraciones públicas, cada vez más, se subcontratan a empresas que actúan como se ha comentado. Es más, todavía existe desde la administración pública,
una fórmula que permite contratar de forma precaria a los trabajadores. El año pasado se hicieron 4700 contratos de esa guisa, donde los derechos de los trabajadores son inferiores a los de cualquier contratado de forma eventual en la empresa privada. Son de cinco meses como máximo, se contratan parados a los que se les cotiza a
la Seguridad Social sólo por accidente de trabajo y enfermedades profesionales y lo que es más grave,
mientras trabajan se les sigue agotando el tiempo de subsidio de paro, como si siguieran desocupados.
Este es el interés por acabar con la precariedad en el empleo. Los sindicatos actuando a media voz, los empresarios a sus anchas, el gobierno y demás administraciones públicas sin derogar unas leyes de 1982 y 1986 que les permite explotar todavía más la situación de precariedad. Y los trabajadores con sueldos bajos y condiciones peores. ¡Ah! y que no se me olvide que hay crisis y tenemos que apretarnos el cinturón: los trabajadores claro.
Salud y República
5 comentarios:
Buenos días Rafa,
Hasta hace relativamente poco la tónica era que el trabajo que tenías era para toda la vida...
Y que ibas a poder residir en el mismo sitio sín problemas.
Hoy en día, a problemas de cambio de empleo y precariedad del mismo se le añade a menudo movilidad obligada de residencia, dos graves problemas que pueden llegar a hacer difícil e incompatible vida personal y vida laboral si se tiene la suerte de tenerla...
Un beso cariñoso Rafa!
Debe ser terrible encontrarse en estas condiciones, madre mía ! siempre con un pie dentro y otro fuera, vaya angustia, y la pena es esa que van pasando los años y esto no se arregla.
un petonet.
La verdad es que conseguimos ser campeones de unas cosas...
Saludos!
Yo añadiría a lo de empresarios voraces el calificativo de insaciables. Si comiesen mucho, pero alguna vez estuviesen ya hartos...pero no.
En cuanto a la crisis, las grandes empresas, pongamos como ejemplo la banca, se jactan en sus Juntas Generales de ganar cada año mas del 20% sobre el ejercicio anterior.
Y dicen que es muy legítimo retribuir a los accionistas así y que además es una forma de generar riqueza.
La precariedad en el empleo, los gobiernos socialistas y los sindicatos...... ufffff....eso daría para varios tomos.... y lomos.
Saludos.
Rafa, ¿recuedas que gobierno fué el que instituyó las leyes que permitían el desarrollo de las ETT? ¿Recuerdas como lo vendieron?
Y si el trabajo está jodido para el nativo, que vamos a decir para un trabajador inmigrante. Eso sí, cuando los ciclos económicos se desinflan (más bien los desinflan), las medidas a tomar van encaminadas a más precariedad en el empleo.
¿Cuantos millones de votos fueron a parar a las dos formaciones políticas mayoritarias, mismas caras de una misma moneda?
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